28 oct 2007

MI COSITA MÓVIL 1 parte

La verdad es que después de tanta historia paranormal, os voy a contar las desgracias de mi cosita móvil, es así como lo llama La Irma de mi corazón.

Ayer hablando con ella por teléfono me resulto divertido ver como Irma muy cumplida, me preguntaba por mí, mi Lucero, los niños, y por mi cosita móvil que el pobre tiene la negra.
La verdad es que la historia se remonta al día en el que mi Lucero se saco el carné de conducir, que puntería tenía el puñetero, como al principio no tenía posibles para comprarse su propio automóvil el pobre vivía de prestao, eso sí coche que le prestaban, coche que se averiaba, parecía que lo hacían aposta, y no es que mi Lucero fuera mal conductor, nooooooo es que los coches que le dejaban estaban con una rueda en el desguace y claro era usarlos y fundirlos.

Recuerdo un día que fuimos a la parcela de la tía de mi Lucero y para volver a Madrid, nos dejaron un Renault 5 propiedad de su cuñao el bigotes, nos acompañaban la hermana de Antonio y su chico el motero, el pobre había tenido un pequeño encuentro con un autobús el día que estrenaba su moto ultimo modelo de la mayor de las cilindradas que había en el mercado y como recuerdo del encuentro tenía la pierna reconstruida a base de unos enormes clavos y chapas y la barbilla lo mismo pero astillita por astillita y con la chapa mas pequeñita, además le habían cosido todos los dientes, en fin el pobre se paso 40 días sorbiendo por una pajita y con la pierna tiesa, eso si con muy buen sentido de humor.

Bueno que me enrollo, mi Lucero que otra cosa no pero cumplido es un rato, pensó que ya que nos habían dejado el coche lo suyo era llenar el deposito, dicho y echo, justo cuando nos íbamos a ir de la gasolinera, el coche no arrancaba, mi cuñada Helen y yo nos pusimos a empujar, haber si la cosa tenía arreglo, ante la mirada perpleja del señor gasolinero que miraba a Mi Lucero sentado al volante y detrás como un marques mi cuñao el motorista partiéndose de risa y con la pierna estiradita en el asiento trasero, el señor gasolinera hizo un gesto, como diciendo que eran unos huevones y mi cuñada muy fina ella le explico que el risitas estaba accidentado, el pobre nos ayudo y conseguimos arrancarlo, nos llevo a casa, pero después de aquello creo que tubo que visitar al señor mecánico.

Poco tiempo después su hermano le dejo un SEAT 127 para que fuéramos a mi parcela y dicho y hecho cinco kilómetros antes de llegar el coche se paró, esta vez nos ayudo un primo de alguna de mis primas y es que en mi parcela nos conocían como los Dinastía, ya que éramos ciento y la madre y todos estábamos emparentados, mis vecinos de la parcela como no podía ser de otra manera eran mis tíos y uno de ello era mecánico, y lo arreglo para que llegáramos a Madrid, pero una vez allí tendría que visitar a un señor mecánico que le pusiera la pieza reconstruida, eso sí como mucho arte.

Después de aquello convencí a mi Lucero para que se comprara un coche, y así lo hizo, era un 205 blanquito con asientos y volante de carreras, llenito de alerones en los bajos y lo mas chulo descapotable, en verano se podían ver las estrellas, aunque el pobre debió de verlas en más de una ocasión y no precisamente en el cielo, creo que fui yo la primera que lo envió al taller, después de darle contra un camión, yo pensé que no era para tanto, pero mi lucero cuando lo vio casi se le saltan las lagrimas, el lado del copiloto parecía haber sufrido el paso de un abre latas, aunque no fui la única. Mi padre iba a comprar un día y al parar en un semáforo detrás de otro vehículo, un tercero vino con algo de prisa y se cargo a los dos de adelante, el pobre 205 quedó echo un emparedado. Mi cuñao también recibió la envestida de otro coche mientras estaba en un Stop y así un par de veces más, nunca entendí por que al pobre le daban siempre por detrás cuando lo conducían hombres.

El día que Antonio lo iba a entregar, por que después de nacer Mi cosita bebe necesitábamos un coche más grande y familiar, iba camino del concesionario y justo cuando se iba a incorporar a la carretera de Valencia dirección Madrid, una mujer se salto un Stop y arremetió contra el pobre 205. Gracias a Dios Mi lucero no sufrió nada más que un fuerte golpe en la cabeza, pero no llegó a perder el conocimiento, así que cuando el pobre vio el motor en el lado del copiloto, salió corriendo por si aquello explotaba y fue al coche que se había empotrado contra el, para ver como se encontraban, lo conducía una mujer y detrás llevaba dos niños, la mujer no dejaba de llorar y pedir perdón por no haberle visto, pero Mi lucero preocupado por los niños, le dijo que no pasaba nada que mejor salían del coche para ver si habían sufrido daños, en esos momentos apareció la policía, después de asegurarse que todos se encontraban más o menos bien y llamar a las respectivas grúas, la policía les reunieron para hacer el parte del accidente:

-Policía: Señores tienen que facilitarme los datos de su seguro para hacer el parte.
-Mi lucero: Mire señor Policía es que yo iba a dejar el coche en el concesionario donde me he comprado uno nuevo, y me daban 70.000 pesetas por cualquier cosa que tuviera cuatro ruedas, así que para que a la pobre no la suban el seguro, mejor no damos, parte.
-Policía: Mire usted señor, si ahora nosotros nos vamos y la señora dice que es culpa de usted y no de ella, al que le suben el seguro es a usted, lo entiende.
-Mi lucero: Hombre como va ha hacer eso la pobre, si está destrozada, a mi es que me da pena.

El Policía e dirige a su compañero que estaba tomando nota de las matriculas y le dice – Pepe llama a una ambulancia que a este el golpe lo ha dejado tonto.

Después de convencerlo de hacer los partes, mi pobre Lucero fue con el de la grúa a entregar el coche.
-Mi Lucero: Buenas tardes.
-Vendedor: Buenas tardes.
-Mi Lucero: Mire que le traigo el coche para lo del plan renove.
-Vendedor: ¿Dónde lo ha aparcado?
-Mi Lucero: Encima de la grúa.
-Vendedor: ¿Perdón?
-Mi Lucero: Si es que según venía con el me ha envestido un coche, y no e conseguido arrancarlo.
-Vendedor: Bien veamos que es lo que le ha pasado

Salieron a la calle y dice el hermano de Antonio que le acompañaba en aquel momento, que la cara del vendedor se desencajo al ver el amasijo de hierros.
-Vendedor: ¿Y a salido sin heridas?
-Mi lucero: Bueno me he dado un golpe en la cabeza ahora voy al hospital.
-Vendedor: ¿Y que hago yo con esto?
-Mi lucero: Usted dijo que con que tuviera cuatro ruedas era suficiente para lo del plan renove.
-Vendedor: Pero si es que no tiene ni las cuatro ruedas.
-Mi Lucero: Si mire en el asiento del conductor al lado del motor tiene la que le falta.
-Gruista: ¿Bueno que hago lo bajo o que?
-Vendedor: Ni se le ocurra, lluéveselo al desguace directamente.
-Mi Lucero: Pero lo del plan renove vale.
-Vendedor: Si hombre sí, usted no se preocupe y váyase al hospital, sólo espero que con el nuevo tenga mas suerte

Pero la suerte es algo tan relativo…….

14 oct 2007

MIS TENSIONADAS VACACIONES

Después de tanto altibajo, se me olvidó comentaros en mis memes que soy una Aries de libro, vamos pura energía, he considerado que no hace falta cambiar el registro para intentar pobrocaros una sonrisa, no todo iba a ser malo.

La hermana de mi Lucero tiene una casa en la playa y cuando llega el mes de Julio me la cambia por su hijo, yo cuido del niño y de la casa y no tengo que pagar apartamento, aunque me sale caro no os creáis, ya de paso me llevo otra sobrina, a todo esto como mi suegra tiene un casa allí también y no quiere perderme de vista ni un momento así que se acopla y con ella otro hermano de Mi Lucero de mi edad, además de otra hermana que coincide conmigo en mes de vacaciones y tiene su apartamento justo enfrentito de nosotros, vamos que cada mañana abro la ventana la saludo y después como el que no quiere la cosa me pregunta.

- ¿Qué vas a hacer hoy de comer?

En dos palabras que también se acopla, aunque me lo paso muy bien con ella y no me importa, casi se lo agradezco por poder hablar con alguien. Pero no os hagáis ilusiones, no queda hay la cosa, los fines de semana los padres vienen a ver a sus churunveles y algún que otro hermano se acopla también. Lo malo es que por las mañanas entre compras, limpiezas y preparativos no veo la playa, pero por la tarde sí, eso si que no me lo quita nadie y es justamente eso lo que me quería quitar mi suegra, un viernes en el que ella decidió hacer tortilla de patata, ¡por dios que éramos 20 personas para cenar! Yo no estaba dispuesta a pasarme toda la tarde pelando patatas y cuajando tortillas y le dije que mejor tortilla francesa y embutido. Mi suegra que no discute porque para eso hace lo que le da la gana, me dijo que sí y en cuanto me di media vuelta se puso a prepararlo todo.

Andaba yo sacando a los niños de la piscina para irnos a la playa, cuando al balcón del apartamento asomó mi suegra con voz dulce y me dijo con que estés aquí dentro de hora y media nos da tiempo a cuajar las tortillas, que ya estoy yo pelando las patatas.

¡Hora y media para ir a la playa!, que el apartamento es una monada tipo Melrrows Pleace, pero la distancia con la playa es 600 metros en cuesta, bajar se baja estupendamente, pero subir eso es otro cantar. Mi cabreo iba en aumentó, así que decidí dejar lo de la playa para otro día y subir a cuajar tortillas, cual cenicienta no de las de Cruela si no de las de toda la vida sufridoras, por lo menos si terminaba pronto, me daría un chapuzón en la piscina, cuando la cena ya estaba lista, los que venían de Madrid los padres de las criaturitas habían llegado con refuerzos, osease más familia.

Yo intentaba tranquilizarme, pero mi querida y adorada suegra tenía un día revolero, comenzó a quejarse de lo mal que yo hacía las tortillas, en ese momento la cadena de música que estaba apagada se encendió a todo volumen, todos se acojonaron, por que son muchos pero a cual más cobarde. Yo ni me inmute cuando todos salieron de la casa atropelladamente, casi se cargan a mi suegra en la huida, creedme era para haberlo visto, con toda tranquilidad apague la cadena de música y seguí a lo mío, cuando mi cuñado el policía asomó su cabeza empapadita ya que estaba dentro de la piscina.
- ¿Qué ha pasado?
- La cadena de música que se ha encendido, pero ya la he apagado.
- Pues a está gente casi les de algo.
- Ya sabes lo exagerados que son, diles que ya pueden volver a cenar.
Fueron entrando todos, y yo la verdad es que disfrutaba como una enana con las caras de todos ellos, más que nada por que durante mucho tiempo cuando yo les contaba que me pasaban cosas raras, quitando mi suegra que con mucha delicadeza me llamaba más o menos hija de Satanás, los demás me ignoraban, después de los acontecimientos de aquel fin de semana no se les ha vuelto a ocurrir tomarme el pelo.

Yo parecía una chacha, trae esto, pon aquello, esto no está bien, mira que te falta, etc., cada vez que iba a la cocina pasaba por delante de la tele y está hacía interferencias, mi suegra que la estaba viendo me dijo una de las veces, pasa otra vez, y las interferencias volvían. La cadena de música volvió a encenderse a todo volumen, solo faltaba que me tuvieran como mono de feria.

En esta ocasión no corrieron, pero mi cuñada la dueña de la casa, cojió la cadena y la puso de patitas en la calle, mi otra cuñada la que vive en frente y no se pierde una comida, se la llevo a su casa, después de aquel día no se ha vuelto a encender sola.

El día siguiente fue mejor, mi cuñada pareció enterdeme y comenzaron a ayudarme todas e incluso cenamos en otra de las casas, se nos olvidó la bebida y fui a por ella con otras dos cuñadas, cuando entramos en la casa los plomos se fueron y la luz del baño al fondo del pasillo, se encendió, ¡por Dios si no había plomos! No lo voy a negar le di a los plomos cogí el alcohol, (ahora más que nunca lo necesitaba) y salí zumbando haber si conseguía alcanzar a mis otras dos cuñadas que a la velocidad a la que salieron seguro ya estaban en casa de mi cuñada la Búlgara.

A esta familia solo le faltaba acontecimiento paranomarles, como si no fuéramos ya raritos de narices. Mi cuñada preocupada al día siguiente habló conmigo y de cómo me sentía, yo le dije que lo mismo eran casualidades y yo no tenía que ver en el asunto, aunque aquella mañana había tenido una videncia y que yo jamás había tenido una, ella me preguntó que era lo que veía, por que ya no podía más y le iba a dar un colapso.

Yo - No veo nada malo, solo dos personas en un coche parado con los faros encendidos.
Cuñada – Mira que está noche nos vamos para Madrid, no me acogones.
Yo – Nena, ya sabes que yo no acierto una, sólo veo eso.
Cuñada – Mira que no soy creyente y me veo rezando el rosario todo el viaje.
Yo – Jolín nena, que yo no soy vidente, lo mismo lo he soñao.

Pues si que iba con ellos sí, a la mañana siguiente mi cuñada me llamo.

Cuñada – ¡Haber bonita! la del coche parado con las luces encendidas, ya podías haber visto alguno más jodia.
Yo - ¿Por qué os ha pasado algo?
Cuñada – ¡Que si nos ha pasado desgraciada! 12 horas de atasco, acabamos de llegar a Madrid y durante todo el viaje íbamos mirándonos los unos con los otros acordándonos de ti y de tus visiones, guapa.
Yo – Chica que mas querías el número de todas las matriculas. -me estuve riendo toda la semana hasta que llego el siguiente viernes y todos volvieron claro.

11 oct 2007

EL AGÜJERO NEGRO DE MI SEXTO SENTIDO

En alguna ocasión me he preguntado por que nos atemoriza tanto lo desconocido, si no sabemos algo, no podemos saber si es bueno o malo y sin embargo todo lo que nos es ajeno suele producirnos una cierta ansiedad, por no decir miedo.

Cierto es, que aquella noche en el Tiemblo yo sentí terror, pero venía de una situación tremendamente angustiosa que marcó mi vida y que aunque no fue la primera, por que ya de niña había sufrido algún episodio que otro de muy difícil explicación, nunca les había dado importancia, imagino que nunca me habían tocado tan cerca como en aquella ocasión.

Fue en el viaje de mi luna de miel, fuimos a Atenas y nos alojamos en un hotel de lujo, todo era perfecto, hasta que comenzó, no recuerdo el momento exacto, ni tampoco el lugar, si fue antes o después del crucero por el Mediterráneo que salía del Pireo. El caso es que cuando comenzó no paró, hasta que ocurrió lo más triste que me ha pasado en la vida.

Mi Lucero del alma tuvo una paciencia infinita conmigo, mi paranoia no tenía ni un lugar, ni un momento determinado, la cosa era frustrante, sobre todo por que yo desde los catorce años había dormido en casa sola y nunca había tenido el pánico que sentí en muchos momentos de aquel viaje.

Yo me preguntaba una y otra vez como podía ser tan boba, pero no había respuesta, todo a nuestro alrededor era como un cuento, pero yo no dejaba de vivir mi pesadilla.

Recuerdo como en una ocasión estando en el barco fui a darme una ducha, en el momento en el que iba a correr las cortinas un escalofrió recorrió mi espalda, se me puso el bello de punta y mi mano comenzó a temblar, intentando vencer mi propio miedo, me hice fuerte y la corrí de un solo tirón, creo que grite al verlo, al menos eso me aseguró Mi Lucero, que no entendía nada cuando entro en el baño y me vio delante de la ducha, con la cara desencajada.

Me preguntó que era lo que pasaba y yo no sabía como explicarlo, sabía que la ducha estaba vacía y sin embargo yo vi un cadáver al que le salía de la nariz un hilo de sangre.

Por más que intente sacarlo de mí cabeza, cada vez que habría un armario el cadáver aparecía, detrás de cada puerta, en la ducha, así durante todo el viaje, mi pobre Lucero que no ganaba para sustos decidió que lo mejor sería ir delante de mí abriendo todo aquello que a mi se me resistía, aunque no entendía absolutamente nada por que el viaje era un sueño que habíamos planeado juntos y que disfrutábamos muchísimo, había momentos divertidísimos, visitamos aquellos de lugares que más nos habían llamado la atención desde niños y lo más importante compartíamos momentos muy dulces y románticos, como un amanecer entrando en el puerto de Port Said en Egipto. ¿Qué más se podía pedir? No lo se, yo seguía con mi cadáver a cuestas como si fuera una penitencia.

Todas mis preguntas tuvieron respuestas con una llamada de teléfono la noche anterior a nuestra llegada a Madrid, no la detallaré por que aún hoy me produce mucha angustia. Simplemente os contaré que mi hermano había muerto en un tonto accidente de moto, sin más herida que un pequeño golpe en la cabeza. Lo suficiente para producirle un derrame cerebral.

Mi madre dice que cuando fue a identificarle, solo tenía un hilo de sangre en la nariz.

Desde entonces y hasta hoy he maldecido mi sexto sentido, que no me ha servido para nada, y que tanto dolor me produce la angustia de saber que la muerte, un accidente o una desgracia se acerca y no puedo hacer nada, por que realmente no sé ni a quien le ocurrirá, ni donde, ni cuando. Así que creedme cuando os digo que lejos de ser un Don, es un autentico martirio.

Espero que la próxima historia sea mucho más alegre, de echo os lo prometo, pero es que el día 16 de octubre sería su cumpleaños y aunque ya han pasado 17 años del accidente, sigo echándole muchísimo de menos.

Gracías a todas, se que estas historias no son las mejores para leer, pero son mejores que cualquier meme, para poder conocerme un poco.

8 oct 2007

UNA NOCHE EN EL TIEMBLO

La noche era muy fría cuando todos salieron de la casa, dejando un silencio sepulcral, me fui a la habitación, todavía me dolía mucho el estomago, en esos momentos pensé, los médicos te recomiendan que bebas agua con la historia que es buena para nuestra salud y yo que soy la única que la había bebido, me encontraba fatal.

Mire por la ventana la niebla no dejaba ver más allá de la acera, me dio un escalofrió y decidí meterme en la cama, pensé que seguramente tendría fiebre, mi propio entró en el cuarto y me pregunto en voz bajita.

Propio - ¿Cómo te encuentras?
Yo – Me duele, pero un poco mejor.
Propio – ¿Quieres que te traiga algo?
Yo – No, gracias.
Propio – ¿Quieres que te deje descansar?
Yo – No creo que pueda pegar ojo.

Propio – Entonces me quedo aquí contigo, ya he apagado todas las luces, y todas las ventanas están cerradas.

De repente un siseo fuerte, nos sorprendió.

Propio – Has oído eso.
Yo – Sí, parecía que nos mandaban callar.
Propio – No serán estos que han vuelto a gastarnos una broma.

No me dio tiempo a contestar el siseo mucho más fuerte que el anterior volvió a resonar, como si estuviera allí con nosotros.

Propio – Voy ha echar un vistazo, que seguro que son estos.
Yo – Te acompaño
Propio – No estas tus como para defender nada, quédate en la cama, que seguro que no pasa nada.

Recorrió toda la casa con mucha cautela, miró en la habitación de enfrente, cruzó el salón en dirección al pasillo, a la izquierda la cocina, a la derecha la puerta de la calle y la del baño, volviendo después a la habitación.

Propio – Nada, la puerta esta cerrada y por la mirilla no veo a nadie, voy ha echar un vistazo a la calle por si estuvieran escondidos, detrás de algún coche, para gastarnos una broma.

El siseo volvió mas fuerte, y yo por mas que miraba por la ventana, ni veía a nadie, ni oía absolutamente nada, nunca fui miedosa pero aquella situación no me gustaba nada, era una casa desconocida en la que estábamos pasando una Semana Santa con unos amigos en un pueblo llamado El Tiemblo, como yo me encontraba mal decidimos quedarnos, pero según pasaba el tiempo, me iba arrepintiendo, imagino que sería la angustia de sentir que algo no iba bien.

Propio – Voy a echar otro vistazo.
Yo – Pues yo no me quedo sola, te acompaño.

Volvimos a mirar en la habitación de enfrente, la registramos de arriba abajo, en el salón tampoco había donde esconderse, encendimos la luz del pasillo y miramos en la cocina, todo estaba en orden, la ventana cerrada y no había lugar donde esconderse, nos dimos la vuelta en dirección al baño y es cuando los dos nos quedamos muertos, no éramos capaces de movernos, ni siquiera de echar a correr, mis piernas no me respondían y no podía articular palabras, los dos mirábamos atónitos como la puerta de la calle la cual mi propio había cerrado con llave, cuando todos se fueron, se cerraba delante de nuestros ojos, pero lo que más nos impresionó es ver como la mano que cerraba la puerta permaneciera en ella incluso cuando la puerta quedo totalmente encajada en su marco, sólo unos segundos depués aquella mano sin cuerpo desapareció ante nuestros ojos, cuando conseguimos reaccionar los dos corrimos hacia la puerta para abrirla, pero la puerta estaba cerrada con llave. Nos miramos sin comprender nada, mi propio busco la llave, abrimos la puerta, pero no había nada, ni nadie.

En esos momentos el terror nos pudo y los dos decidimos irnos a buscar a nuestros amigos, no queriamos permanecer solos en aquella casa, que nos mandaba callar y en la cual las manos no van acompañadas de un cuerpo.

LA SINCERIDAD ESTÁ SOBREVALORADA

Jueves por la tarde y llamo a mi madre, que hoy no tenía cole, por que la profesora de informática estaba pachuccha. —¿Qué haces, madre? —...