14 oct 2007

MIS TENSIONADAS VACACIONES

Después de tanto altibajo, se me olvidó comentaros en mis memes que soy una Aries de libro, vamos pura energía, he considerado que no hace falta cambiar el registro para intentar pobrocaros una sonrisa, no todo iba a ser malo.

La hermana de mi Lucero tiene una casa en la playa y cuando llega el mes de Julio me la cambia por su hijo, yo cuido del niño y de la casa y no tengo que pagar apartamento, aunque me sale caro no os creáis, ya de paso me llevo otra sobrina, a todo esto como mi suegra tiene un casa allí también y no quiere perderme de vista ni un momento así que se acopla y con ella otro hermano de Mi Lucero de mi edad, además de otra hermana que coincide conmigo en mes de vacaciones y tiene su apartamento justo enfrentito de nosotros, vamos que cada mañana abro la ventana la saludo y después como el que no quiere la cosa me pregunta.

- ¿Qué vas a hacer hoy de comer?

En dos palabras que también se acopla, aunque me lo paso muy bien con ella y no me importa, casi se lo agradezco por poder hablar con alguien. Pero no os hagáis ilusiones, no queda hay la cosa, los fines de semana los padres vienen a ver a sus churunveles y algún que otro hermano se acopla también. Lo malo es que por las mañanas entre compras, limpiezas y preparativos no veo la playa, pero por la tarde sí, eso si que no me lo quita nadie y es justamente eso lo que me quería quitar mi suegra, un viernes en el que ella decidió hacer tortilla de patata, ¡por dios que éramos 20 personas para cenar! Yo no estaba dispuesta a pasarme toda la tarde pelando patatas y cuajando tortillas y le dije que mejor tortilla francesa y embutido. Mi suegra que no discute porque para eso hace lo que le da la gana, me dijo que sí y en cuanto me di media vuelta se puso a prepararlo todo.

Andaba yo sacando a los niños de la piscina para irnos a la playa, cuando al balcón del apartamento asomó mi suegra con voz dulce y me dijo con que estés aquí dentro de hora y media nos da tiempo a cuajar las tortillas, que ya estoy yo pelando las patatas.

¡Hora y media para ir a la playa!, que el apartamento es una monada tipo Melrrows Pleace, pero la distancia con la playa es 600 metros en cuesta, bajar se baja estupendamente, pero subir eso es otro cantar. Mi cabreo iba en aumentó, así que decidí dejar lo de la playa para otro día y subir a cuajar tortillas, cual cenicienta no de las de Cruela si no de las de toda la vida sufridoras, por lo menos si terminaba pronto, me daría un chapuzón en la piscina, cuando la cena ya estaba lista, los que venían de Madrid los padres de las criaturitas habían llegado con refuerzos, osease más familia.

Yo intentaba tranquilizarme, pero mi querida y adorada suegra tenía un día revolero, comenzó a quejarse de lo mal que yo hacía las tortillas, en ese momento la cadena de música que estaba apagada se encendió a todo volumen, todos se acojonaron, por que son muchos pero a cual más cobarde. Yo ni me inmute cuando todos salieron de la casa atropelladamente, casi se cargan a mi suegra en la huida, creedme era para haberlo visto, con toda tranquilidad apague la cadena de música y seguí a lo mío, cuando mi cuñado el policía asomó su cabeza empapadita ya que estaba dentro de la piscina.
- ¿Qué ha pasado?
- La cadena de música que se ha encendido, pero ya la he apagado.
- Pues a está gente casi les de algo.
- Ya sabes lo exagerados que son, diles que ya pueden volver a cenar.
Fueron entrando todos, y yo la verdad es que disfrutaba como una enana con las caras de todos ellos, más que nada por que durante mucho tiempo cuando yo les contaba que me pasaban cosas raras, quitando mi suegra que con mucha delicadeza me llamaba más o menos hija de Satanás, los demás me ignoraban, después de los acontecimientos de aquel fin de semana no se les ha vuelto a ocurrir tomarme el pelo.

Yo parecía una chacha, trae esto, pon aquello, esto no está bien, mira que te falta, etc., cada vez que iba a la cocina pasaba por delante de la tele y está hacía interferencias, mi suegra que la estaba viendo me dijo una de las veces, pasa otra vez, y las interferencias volvían. La cadena de música volvió a encenderse a todo volumen, solo faltaba que me tuvieran como mono de feria.

En esta ocasión no corrieron, pero mi cuñada la dueña de la casa, cojió la cadena y la puso de patitas en la calle, mi otra cuñada la que vive en frente y no se pierde una comida, se la llevo a su casa, después de aquel día no se ha vuelto a encender sola.

El día siguiente fue mejor, mi cuñada pareció enterdeme y comenzaron a ayudarme todas e incluso cenamos en otra de las casas, se nos olvidó la bebida y fui a por ella con otras dos cuñadas, cuando entramos en la casa los plomos se fueron y la luz del baño al fondo del pasillo, se encendió, ¡por Dios si no había plomos! No lo voy a negar le di a los plomos cogí el alcohol, (ahora más que nunca lo necesitaba) y salí zumbando haber si conseguía alcanzar a mis otras dos cuñadas que a la velocidad a la que salieron seguro ya estaban en casa de mi cuñada la Búlgara.

A esta familia solo le faltaba acontecimiento paranomarles, como si no fuéramos ya raritos de narices. Mi cuñada preocupada al día siguiente habló conmigo y de cómo me sentía, yo le dije que lo mismo eran casualidades y yo no tenía que ver en el asunto, aunque aquella mañana había tenido una videncia y que yo jamás había tenido una, ella me preguntó que era lo que veía, por que ya no podía más y le iba a dar un colapso.

Yo - No veo nada malo, solo dos personas en un coche parado con los faros encendidos.
Cuñada – Mira que está noche nos vamos para Madrid, no me acogones.
Yo – Nena, ya sabes que yo no acierto una, sólo veo eso.
Cuñada – Mira que no soy creyente y me veo rezando el rosario todo el viaje.
Yo – Jolín nena, que yo no soy vidente, lo mismo lo he soñao.

Pues si que iba con ellos sí, a la mañana siguiente mi cuñada me llamo.

Cuñada – ¡Haber bonita! la del coche parado con las luces encendidas, ya podías haber visto alguno más jodia.
Yo - ¿Por qué os ha pasado algo?
Cuñada – ¡Que si nos ha pasado desgraciada! 12 horas de atasco, acabamos de llegar a Madrid y durante todo el viaje íbamos mirándonos los unos con los otros acordándonos de ti y de tus visiones, guapa.
Yo – Chica que mas querías el número de todas las matriculas. -me estuve riendo toda la semana hasta que llego el siguiente viernes y todos volvieron claro.

2 comentarios:

  1. Uy esas cosas raras con las teles... yo también tengo historias de esas, aunque hace mucho que dejaron de ocurrir, algún día las contare.

    Besooooos
    Coco

    ResponderEliminar
  2. Ya me contarás como lo conseguistes, por que yo creía que lo había hecho pero hace poco pude comprobar que había vuelto.

    ResponderEliminar

PRESBICIA

  Erase unos ojos a unas gafas pegados, que escribiría Quevedo.  Yo nací con gafas y no, no es una exageración de las mías. A los veinte día...