10 nov 2007

MI COSITA MÓVIL 2 PARTE

Ante todo deciros que todo lo que cuento sobre Mi Cosita Móvil esta basado en hechos reales.

La verdad es que cuando vimos el primer arañazo, no nos dic ninguna subida de sangre, nos miramos y nos dijimos es normal, típico vecino envidioso que usa su llave para algo mas que abrir cerraduras. Claro que después de seis meses ver escrito todo tipo de palabras soeces sobre el capó, las puertas he incluso el techo, empezamos a preocuparnos un poco, lo llevamos a pintar, pero fue entones cuando intentaron robarlo, destrozando la cerradura, pero sin llevárselo.

Un día comentando nuestras desgracias con mi vecina La Barbi, una mujer de unos sesenta y muchos años que mide 1,50 de altura y pesa unos 70 kilos, me dio la solución, mi racha de mala suerte podría deberse a un mal de ojo, y ella tenía una sobrina en el pueblo que lo quitaba, me pidió unos datos que yo la di y vuala, al menos durante unos añitos dejaron a mi Cosita Móvil en paz.

Esto mi querida Irma nunca se lo he contado a nadie, por que aunque no lo parezca soy muy pudorosa, pero yo tuve una experiencia con Mi Cosita Móvil. Sí, del tipo que os estáis imaginando, que sois todas unas mal pensadas.

Era una preciosa mañana de verano, el sol lucía radiante y el calor era ya intenso a las 10.00 de la mañana, Mi Lucero fue a preparar el coche para el viaje de vuelta a Madrid, mientras yo terminaba de recoger todo y meterlo en las maletas, cuando vino a por ellas me dijo – Ya he revisado el coche y todo está en regla. Yo le creí, no me llaméis ingenua, pero le creí.

Todo listo los niños ataditos las maletas guardadas y comenzamos el camino de vuelta, casi seiscientos kilómetros por delante, no habíamos hecho ni cincuenta kilómetros cuando me di cuenta que las revisiones de Mi Lucero a nuestro vehículo dejaban mucho que desear. El coche comenzó a vibrar a la altura del copiloto.

Yo – Mi vidita estoy temblando y no es que esta nerviosa, es que el coche vibra.
Mi Lucero – No te preocupes, eso no es nada, cuando llegue a Madrid tengo que hacerle el equilibrado y el paralelo, que se han debido de pirar.

Yo os prometo que aguante todo lo que pude, pero cuando llevábamos doscientos veinte kilómetros, no pude más y me deje llevar por la situación, eso sí discretamente no fuera a despertar a los niños, solo solté un pequeño gemido y un suspiro, pero fue suficiente para alarmar a Mi Lucero que me miraba atónito sin estar seguro de sí era lo que el estaba pensado o no. Lo cierto es que paró en la primera gasolinera que encontró y se bajo para intentar arreglar el tembleque. Lo miro todo el motor, las ruedas, incluso me hizo ponerme al volante para que acelerara el coche, pero según sus palabras, NO VIO NADA.

Doscientos kilómetros después me di cuenta de lo importante que sería llevar a Mi Lucero a un buen oculista en cuartito llegáramos a Madrid y es que al temblor constante se le añadió un ruido, un Cla, Cla, Cla, Cla.
Efectivamente nada más bajar del coche pude verlo y eso que no llevaba las gafas puestas, la rueda de mi lado estaba en mal estado, al menos lo que quedaba de ella, no es que se le hubiera borrado el dibujo, nooooo eso hubiera sido perdonable, es que los hierros estaban todos visibles y algunos habían saltado he iban dando en la chapa del coche, más que una rueda era el esqueleto de está. Mi Lucero la cambió sin rechistar y sin explicarse el por que no había reventado.

La verdad es que el pobre no levanta cabeza, hace unos meses, el Inti de la Irma dejo su coche en nuestra plaza de garaje, cuando vino a recogerlo resultó que no arrancaba y decidieron poner las pinzas a Mi Cosita Móvil para arrancarlo, no se como se las arreglaron, pero el caso es que el pobre Cosita Móvil comenzó a arder, lo mejor fue la manera en la que el Inti de la Irma y Mi Lucero intentaron apagarlo, los dos se pusieron a soplar como si fuera el día de su cumpleaños, el caso es que no se como pero lo apagaron y el pobre sobrevivió.

Los cacos le tienen frito, por que yo ya he perdido la cuenta de los robos que a sufrido y mira que los equipos de música que le ponemos al pobre son de museo, pero de museo de antigüedades.

Hace unas semanas nos volvieron a quitar la música del coche, eso sí un trabajo fino, sólo forzaron la cerradura del conductor, se llevaron la radio y cerraron, pues bien una semana después en frente de casa, durante la noche lo volvieron a intentar y mira que Mi Lucero había dejado los cables por fuera, pero nada, encima los muy chapuzas en vez de abrir por la puerta del conductor que ya estaba abierta, por que ya no nos molestamos en arreglarlo, hicieron palanca en la puerta del acompañante dejándola como un acordeón, no fueron capaces de hacer un puente y lo dejaron.

Para colmo de males cuando Mi Lucero consiguió arreglar el desaguisado, la policía apareció, había que ver la situación, Mi Lucero sin papeles del coche, con todos los cables por fuera, el puente hecho, sin espejo retrovisor y intentando convencer a los policías, que no lo había robado, menos mal que estaba en frente de casa.

En fin mi pobre Cosita Móvil fue llevado a reparar, le cambiaron la batería y se les olvido poner la tapa, cuando íbamos con el, empezó a echar humo y hasta se llego a parar, imagino que el pobre pensó o me paro o salgo ardiendo sin que estos cenutrios se enteren de nada, y la verdad es que si no se hubiera parado no nos hubiéramos dado cuenta.

No se cuanto nos durara, pero la verdad es que el pobre sigue luchando como gato panza arriba, hemos decidido no poner mas equipo de música, pero tenemos un transistor pequeño con el cual podemos escuchar radio nacional, no da para más la cosa, ni sacando la antena por la ventanilla.

LA SINCERIDAD ESTÁ SOBREVALORADA

Jueves por la tarde y llamo a mi madre, que hoy no tenía cole, por que la profesora de informática estaba pachuccha. —¿Qué haces, madre? —...