25 mar 2010

Vuelta a Madrid

He vuelto, ya se que soy vuestra pesadilla, pero con alguien tengo que desahogarme.

Valencia estaba preciosa y me lo he pasado genial, es lo que tiene viajar a lo grande y sabe mucho mejor cuando encima vas con los gastos pagados, por el jefe de mi Lucero que es un amor.

No penséis mal yo fui a buscar a mi Lucero, el jefe no estaba, sólo para que conste.

El viaje de vuelta lo hicimos en el Alaris, pero no teníamos asientos continuos, así que pensé en cambiárselo, el problema es que los dos estábamos en pasillo y nadie quiere dejar la ventana.

Según llegamos apareció la señora que ocupaba el asiento contiguo de mi Lucero, tendría unos 50 y tantos, con cara de pocos amigos, le dije que si me cambiaba el sitio, me miro con mala cara y regañadientes se cambió, pero en vez de sentarse en mi sitio, se sentó en el de ventanilla, justo cuando yo le iba a decir que se había equivocado, apareció un señor que de muy malos modos y con voz fuerte le dijo:

-¡A ver! Este es mi sitio, 8c y 8d.
-A mi, me lo han cambiado estos chicos- señalándonos con el dedo.
Yo tomé mi billete, para ver si me había equivocado y me temblaba la mano sólo de ver la mala leche que tenía la señora a la que le había pedido el cambio.

Antes de que dijera nada, mi lucero que está en todo, le dijo:

-Caballero este es el vagón nº9 no será ¿Qué se esta equivocando?
Miro su billete y dijo:
-Si el mío es el 8.

A todo esto yo ya le iba a decir a la señora que el asiento era el otro, cuando de repente comenzó a sonar una trompeta. Os lo juro de esas del ejercito y acto seguido el Himno Español, que yo soy muy, pero que muy patriota, pero me dio la sensación de que Franco iba a entrar en cualquier momento en el vagón.

Era el móvil de la señora, a mi me empezaban a correr los sudores de la muerte, sobre todo cuando se puso a hablar a grito pelao, dando ordenes a diestro y siniestro por el móvil.

Yo la miraba y le decía a mí Lucero:

-Le veo cara de bruja.
-Es que tiene cara de bruja.
-A ver como le digo yo que ese no es mi sitio, está se levanta me da dos leches y me lo cambia.
-No digas nada, a ver si no viene la persona de ese asiento.

A esto que entra un señor con bigote, ve a la señora sentada en su sitio, como está habla por teléfono, se queda esperando de pie a que termine.

Yo cojo mis cosas y le digo a mi chico:

-No puedo con la tensión, voy a confesar.
-Espera a ver que pasa.
-Es que el señor no se sienta.

El tiempo parecía que no pasaba.

Suena el móvil del señor, los dos hablan por teléfono y el tren cierra las puertas.

El señor se sienta, sin dejar de mirar a la señora, que termina de hablar por el móvil.

Yo no dejaba de mirar atrás con el abrigo y el bolso en las manos, esperando el momento en que se pusieran a discutir, de quien demonios era el sitio.

Cuando el hombre iba a hablar, la trompeta otra vez, a todo meter, eso sí, la señora que la deja tocar y a mitad del Himno nacional descuelga, otros 5 minutos de poner firme al pobre que estuviera al otro lado del teléfono.

El hombre abre su periódico y se pone a leer con resignación, mirando de reojo al sargento que le ha robado el sitio, pero no dijo nada y así llegamos a Madrid.

La bruja no se entero que le había quitado el sitio al hombre y el hombre no dejo de mirarla como pensando, que morro le ha echado la señora.

Creo que me estoy haciendo una bruja y no buena precisamente.

Mi grado de maldad se esta disparando a niveles realmente preocupantes.

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9 comentarios:

  1. Mmmm ¿pesadilla? ni por asomo, si ya estamos impacientes de tus noticias de Valencia!(por lo menos yo xD), pero que si, que has hecho toda una meiga y no precisamente de esas que se pasean en su escoba :P

    ¡Bienvenida !;)

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  2. Un desenlace inesperado, aunque no entendí tanto el rollo que describes.

    Saluditos...

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  3. jajajaja, pobrecito el señor con bigote. Ya ni se atrevería a decirle nada a la señora. Y no me extraña. Lo siento por él, pero ella, por como la describes, es de las que le echa mucho morro.
    (Y yo que siempre prefiero pasillo...)
    Besos

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  4. Mi querida Odry... la proxima vez viaje a Barcelona. El hecho de que su maldad se acreciente me hace soñarla aun mas...
    Y aun guardo el uniforme.

    Siempre suyo
    Un completo gilipollas

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  5. Nunca dejes de sonreir muchas gracias, eres un encanto.
    Un besazo

    Querido Jorge, siento no haberme expresado bien, el royo es que yo no sé mentir y lo pasé fatal por que la mujer no sabía que no era su asiento, y el hombre que lo sabía no se atrevía a decirla nada, espero expresarme mejor la próxima vez.
    Un beso.

    Alis mi niña, además de morro tenía muy mala uva, yo también prefiero pasillo, se ve mejor la peli.

    Un besazo preciosa.

    Mi querido G.P.
    Tiene que aclararse de una vez por todas, creía que había dado nuestra relación por terminada, y lo más importante
    ¿Tengo el puesto o no?
    Bueno lo del uniforme me hace suponer que sí.

    Un beso jefe

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  6. jajajaja..¡¡menuda historía!!!!
    Oyeee.. y que sepas que de "pesadilla" nadaaaaaaaaaaaaaaa...

    Un besote!

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  7. Quien tenía el bigote ¿era el señor o la señora? ¡¡Vaya sargenta!!

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  8. Alma, muchas gracias eres un amor.

    Un besaqzo

    Perla N. Creo que los dos, para ser sincera.

    Un besazo.

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    Un saluso Nati.

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