A veces yo misma me asombro de la capacidad que tengo para la autosugestión, que una pobre mujer mencione a unos ancianos y yo comience a imaginarlos de la peor manera posible, fue todo uno. Mi ilimitada imaginación calenturienta, me ofrecía imágenes de lo más variado, mientras intentaba utilizar la coherencia, que en estos momentos para mí, que había pasado a mejor vida.
Comencé por imaginarlos congelados, pero claro esto no es Sibería y los abuelos no son como los mamut, que se congelan en cualquier sitio, a no ser que tuviera una cámara frigorífica, idea que deseche por que la casa según la señora no tenía luz.
El embalsamamiento fue otra de las posibilidades o en el peor de los casos, ya con la mente muy desbordada, imaginarlos tipo psicosis, en huesito pelao.
Todas mis dudas se resolvieron cuando la mujer abrió la puerta.
No voy a negar que pase la última y hubo el correspondiente cachondeo, ante mi escasa valentía.
Los abuelos consistían en dos figuras de paja, sujetas por alambres y vestidas, las cabezas y manos las había echo la buena mujer y aunque no eran dos obras de arte, la mujer las enseñaba con orgullo, mientras nos comentaba que la abuela necesitaba unas pequeñas intervenciones en pechos y piernas, debido a la fuerza de la gravedad, la paja se había ido acumulando en la zona baja de la pobre mujer, mientras en dicho proceso perdió los pechos y hombros, vamos como me va sucediendo a mi en los últimos años, cosa que me da que pensar: ¿estaré entrando en la tercera edad?
La cosa no era como para salir corriendo y mucho menos para asustarse, ya se podía a ver ahorrado el comentario la jodia
En fin que una vez concluida la visita volvimos a la carretera, cuando una ve las señales de trafico en las que hay un Bambi cornamentado saltado alegremente, piensa que son mera prevención, pero claro siendo el pueblo de Irma, el Bambi no solo salta si no que apoquito te descuides, se mete en el coche, con cornamenta incluida.
Una visita a la hermana del Inti y una estupenda cena, con tertulia de sobremesa incluida, dio por finalizado un día, lleno de emociones.
A la mañana siguiente vuelta a empezar, con lo pequeñito que es el pueblo y la de cosas que hay que ver en el, nuestra primera visita fue cultural, esta vez al museo de Ciencias Naturales, vimos las huellas de unos dinosaurios, que en otros tiempo habitaron estos parajes y las cuales muestras los lugareños con orgullo. ¿Cuánto pueblos pueden presumir de contar con tanto museo didáctico?
Pasamos por el pueblo, nos presentaron a las Puras, solteronas de este paraje que apenas cuentan 70 ó 80 años, pero que yo las vi. en edad de merecer.
Por último fuimos a ver como trabajaban la tierra y sembraban patatas, aunque el único que picaba era el Inti, a todos nos entro el mismo hambre y sed, que esto es España y los españoles nos solaridizamos enseguidita.
Estuvimos viendo las colmenas y nos comentaron que había víboras de las que tienen veneno y todo, también vimos halcones o buitres o lo que sea que se quería zampar a los chiguagas de una amiga de Irma, como no podía ser de otra manera, tienen burros de los de cuatro patas y de los de dos, con lo cual de fauna e podido comprobar que van bien, vamos mejor que el zoo y muchísimo más barato.
La verdad es que la visita ha sido de lo más completa y yo la recomiendo, tiene de todo cultura, gastronomía, fauna y emociones fuertes ¿Qué más se puede pedir?