12 feb 2017

LA BRETAÑA FRANCESA Y SU ENCANTO

                   Resultado de imagen de atardecer en la roche bernard
              Cuando planeo el viaje, además de trazar recorridos, buscar lo más llamativo o pintoresco, he informarme sobre gastronomía y costumbres, siempre busco relatos de gente que los ha visitado, lo que han sacado de positivo o negativo, sus recomendaciones, vivencias y advertencias y quitando imprevistos o mala fortuna, el viaje suele resultar bien.
               

              De la ciudad de Verner (Nantes) nos dirigimos hacía La Roche Bernard, Un pequeño pero acogedor pueblo, a orillas del río de La Vilaine, el cual da un encanto especial a este pueblecillo de casas de piedras y callejones sorprendentes llenos de curiosidades.
                   


              Con el atardecer, las imágenes más bellas se producen gracias a ese intercambio de luces que saca los matices más escondidos durante las horas centrales, haciendo que un simple paseo sea toda una experiencia. Empezamos con los artesanos que exponen sus obras concienzudamente trabajadas, para disfrute de los visitantes, que en esta época del año, son demasiados, atraídos por el buen tiempo, para practicar todo tipo de deportes acuáticos y pasear por las riveras y caminos entre una vegetación viva y colorida que se muestra más irresistible que nunca a todo tipo de insectos, por no hablar del río, que aunque en apariencia tranquilo, tiene prisa por llegar al océano, consiguiendo ese dulce balanceo de los veleros en el antiguo puerto.

              Para nuestra sorpresa nos comentaron que había un festival de música, está era una de las razones, por las que el camping estaba a lleno y tuvimos que acampar en un parking detrás de la iglesia. ¡Sí! todavía nos quedaban ganas de que nos tocaran las campanas. ¡Mira que nos gusta una juerga!.


          
  Con la caída del sol, la música comenzó a llenar todos los recovecos del pueblo, casi desértico, ya que estaban todos en la explanada del concierto, donde los puestos de bebidas, comida y crepes estaban a rebosar, disfrutando de una cena bien cargadita en calorías y vino de la tierra, para aguantar el bailoteo, entre las risas y el griterio de un publico entregado, daba igual la niña o el abuelo, todos querían formar parte de aquella divertida y maravillosa noche de verano.
              Son estás las cosas que más me gustan de mi casita móvil (autocaravana) viajar de un lado a otro, donde un día te sorprende un atasco y otro un concierto, disfrutar no sólo de los lugares, si no de sus gentes, mezclarte con ellos, para sacar a mejor esencia de un lugar, son las personas las que hacen que algo sea más bello y especial.
              Entre los campanazos de la noche anterior, el vinillo y el bailoteo, caímos como benditos en un sueño profundo y reparador, si hubo campanas yo no las oí, ni siquiera a los que embriagados por la fiesta, intentaban volver a sus casas.
              A la mañana siguiente, con muchas ganas de seguir descubriendo nuevos pueblos y paisajes de esta bretaña francesa tan cautivadora, pusimos rumbo a un pueblo de cuento de hadas «Rochefort en Terre», la verdad es que era de ensueño, un lugar donde esperas que aparezca dragones, mazmorras y señores con armaduras subidos a sus caballos, entre las murallas del antiguo castillo donde la conservación de estos viejos tesoros en piedra hacen las delicias de los más aventureros y soñadores.
 
                


 

         
   En este caso prefiero mostrar a contar, es imposible hacer llegar tanta belleza, sólo a través de las palabras y la verdad que los franceses cuidan de sus edificios y su historia con mucho orgullo y eso se nota, lo mantienen todo impoluto, impecable y lleno de flores que hacen realzar más si cabe tanta belleza.





                  Resultado de imagen de iglesia de rochefort en terre                               



               La verdad es que mis fotos muy buenas no son, pero ya sabéis que soy "Desastrosa y sin remedio"

1 comentario:

JUICIO LEVE DE FALTAS

  VECTOR PORTAL Como ya os conté, Manuela tuvo un brote y, en plan chungo, me dejo claro que no era su vecina favorita y que, en cuanto me d...