29 nov 2017

UN ORDENADOR EN HORAS BAJAS



Los desastres no vienen nunca solos y yo como docta en la materia doy fe.
(By Odry).
Resultado de imagen de desastres


Hace un par de semanas, el ordenador se apagaba a los pocos minutos de encenderlo. El problema parece claro, el ventilador está en las últimas y emite un ruido raro, mi primera intención fue desmontarlo y cuando ya había quitado todos los tornillos, me dije a mi misma:

-          ¿Odry, estás segura de querer rematarla faena? Tuve una visión del ordenador destripao  y un segundo de lucidez, así que lo llevé a arreglar.

Le explique con todo tipo de detalles el problema y lo dejé en sus manos. 24 horas más tarde, llamo tal y como me habían dicho, después de los saludos de rigor, el chico me dice.

-                     Para mañana está, porque teníamos una pantalla que le va como anillo al dedo.
-                     ¿Pantalla?- Me comienzo a preocupar y pienso, ¿en manos de quien he dejado mi pequeñín? -¡La avería de mi ordenador es el ventilador!
-                     ¿Siii? ¡Ahhh! Me he equivocado, perdona, lo tengo aquí, hay que cambiar el sistema operativo, porque no abre.
-                     ¡Estás de coña! El sistema operativo estaba en perfecto estado. – ¡Madre mía! Para una vez que no quiero fastidiarlo, lo dejo en manos de Pepe Gotero y Emilio.
-                     Es lo que tengo en la nota. Preguntaré al técnico.
-                     Sí, pregunta, porque me parece que estás un poquito perdido. – Echaba chispas, pero intente mantener la compostura, 10 minutos respirando y sin mejoría.
Unos minutos más tarde, recibo un wassap con un video, en el que mi ordenador, pide a gritos que le cambien el sistema operativo.
Les escribo un texto, que ni Lope de Vega en sus momentos más calentitos. 5 minutos después, me mandan otro video en el que se inicia bien y yo no entiendo nada.

Le respondo que no lo toquen y lo recojo esa misma tarde:
-                     Soy Odry y vengo a por el ordenador que os deje hace un par de días.
-                     Si, aquí tengo la nota, lo tenemos encendido, para ver si da algún tipo de problema, pero parece que está todo correcto.

Se me queda cara de idiota, por no decir algo más fuerte y le contesto:

-                     Si me habían dicho que no han cambiado el ventilador.
-                     ¿Ventilador? ¿No era la pantalla?
-                     No.- Este me está tomando el pelo y al final se traga el dichoso ordenador.
-                     ¡Ahh! Es la otra nota. Es que hemos notado que el ventilador no va - ¡Que lo han notado, que alguien me sujete que lo estontono! -  y claro tendríamos que desmontarlo, para cambiarlo. – Esto es guasa y lo demás tontería.

-                     ¡No me digas! ¿Tú por qué crees que te lo he traído? Me sale la ironía a borbotones, ¿pero cómo es posible ser tan cenutrio? ¿Qué demonios apuntó, cuando le explique por qué lo llevaba a arreglar?
-                     Creo que ha habido un error, porque teníamos dos clientas con el mismo nombre.
-                     Y claro organizarlo por los apellidos, no se os ha ocurrido. – El consejo se lo doy gratis, aunque no aseguro su calado en semejante personaje.
-                     Le pido mil disculpas por el error. – A lo que pienso, lo que tienes que pedir, es un cerebro, pero me muerdo la lengua y acepto las disculpas.


Salí de la tienda preocupada, seguía teniendo el ordenador fuera de juego y después de la experiencia, serias dudas sobre en dónde y a quién dejaría mi pequeñín.

LA SINCERIDAD ESTÁ SOBREVALORADA

Jueves por la tarde y llamo a mi madre, que hoy no tenía cole, por que la profesora de informática estaba pachuccha. —¿Qué haces, madre? —...