Las imágenes son de https://www.publicdomainpictures.net |
Creo
en el destino.
Sí,
estoy lo suficientemente tarada para creer que, a veces, las cosas pasan por
algo. Al menos a mí me han ocurrido. También, tengo que decir, que algunas
cosas pasan porque de una u otra forma las provocamos, las buscamos o luchamos
para que ocurran. Creo que en eso consiste la vida.
Después
de este pensamiento tan profundo, vamos a lo frívolo que este no es un blog científico.
Tras
el último blog, algo polémico, podríamos decir, para lo que se escribe en esta
mi casita. He tenido algunos comentaros que mostraban cierta curiosidad por el
tartot.
No
sé, si se casaba mi prima Raquel o mi prima Beatriz. Lo que sé, es que mi
hermana iba de damita de honor y mi tía Carmen y yo andábamos cosiendo los
vestidos.
Por
aquel entonces, mi tía estudiaba el tarot y, entre puntada y puntada, practicó
conmigo y con mi madre.
La
mujer me dijo que veía algo oculto en mis cartas. Con el humor que me caracteriza,
le dije que serían unos cuernos.
La
pobre se lo tomó en serio y me hizo dos tiradas más, al final se rindió porque
no veía los cuernos, pero sí, que en las cartas había algo oculto. Al final, lo
dejó por imposible y porque a ese paso, mi prima se casaba y las niñas iban a
tener que ir en enaguas.
Dos
semanas después, justo el día de reyes, me llamó por teléfono y me dijo:
—Ya
se lo que ocultas. Tú ves cosas que nunca has querido contar.
—Como
no sean las motas de las gafas, que siempre andan llenas de mierda. —Le dije,
intentando quitarle profundidad, que me estaba acojonando.
—No,
ves cosas que te hacen daño, por eso las ocultas.
—Tía
que no soy el niño de sexto sentido. Quizás, alguna vez he tenido alguna
sensación, pero de ahí, a ver cosas. Son palabras mayores.
—Ese,
ese es tú secreto, que sientes que van a suceder cosas, que luego ocurren.
—Tía
que eso lo hace media humanidad. Mi madre sin ir más lejos, le dice a mi padre;
Manolo no abuses del picante que te dolerá el estómago por la noche y vamos que
si le duele.
—No seas guasona, que no es eso. Son cosas más graves.
Tuve que reconocer, que algo de eso había, pero ni soy vidente, ni tengo ningún tipo de virtud adivinatoria, tan solo sensaciones que te fastidian el día y que cuando llega la tragedia, no han servido para nada. Vamos, lo que viene siendo una “M” gigante, por ser fina y elegante.La
solución de mi tía, fue que echara las cartas para intentar ver qué era lo que
iba a pasar y yo con las mismas, me fui al quiosco y compre un fascículo con
una baraja de veintidós arcanos mayores para practicar. Todo muy profesional
como podéis ver.
A
partir de ahí, me hice con una mini colección de distintas barajas y me compré
algún que otro libro. Con esto quiero dejar claro mi escasa profesionalidad y
mi limitación a la hora de acertar cualquier cosas con o sin cartas. No soy de
las que engañan o se dan postín y por supuesto, no cobro por ello. Yo
simplemente soy Odry, desastrosa y sin remedio…