31 ene 2024

MANOS LIBRES


Que los robos están aumentando no es un secreto, están a la orden del día y todos los estamos sufriendo en mayor o menor medida. Cosa distinta es lo quieran reflejar en las estadísticas y como no les viene bien

Teléfono que suena y madre que está al otro lado de la línea.

¡Hija, me han robado el monedero!

¡No me fastidies! ¿Estás bien? ¿Te han hecho algo?

No, si no me he enterado, además solo llevaba veinte euros y el DNI. Lo único, el trastorno de tener que renovarlo.

Sí, a mí me pasó lo mismo, pero antes de renovarlo tienes que poner la denuncia.

¿Y para qué?

¿Para qué va a ser? Para evitarte problemas si alguien lo utiliza de forma fraudulenta. He escuchado en la tele que hay toda una mafia que hace virguerías con nuestros DNI.

Madre que hiperventila por que se ahoga en un vaso de agua y eso de poner la denuncia le suena complicado. Le explico donde tiene que ir y le hago el itinerario para que no se pierda por el camino.

Una hora más tarde, me llama.

Hija, que ya he llegado a la comisaría. He preguntado a una señora muy maja y me ha acompañado

Madre que de carrerilla me lo cuenta todo con pelos y señales. Hay momentos en los que me preguntó; ¿en qué momento respira? Y cuando termina, sin darme opción a decir a nada, tampoco lo haría porque la condenada va siempre con el teléfono en manos libres.Me suelta:

—¡Te dejo que hablas mucho! No vaya a ser que me llamen. Luego te llamo.

No os lo voy a negar. Me da mucho coraje, pero es mi madre y me aguanto porque la quiero. 

Un par de horas más tarde, teléfono que suena y al otro lado mi madre:

Hija que estoy con el policía y que me pregunta; ¿qué dónde me han robado?

Madre, si yo no iba contigo.

Ya, pero, ¿cómo se llama la calle esa?

¿Qué calle? Dame más pistas que Vallecas es muy grande.

—¡La del médico, que hay que explicártelo todo!

Fuentidueña. Respondo mirando al cielo en busca de ayuda divina. ¿Algo más?

Sí y la calle esa que va a Congosto.

¿Cuál de todas ellas?

—¡Hija, por la que voy todos los días! Que hoy estás espesita y no te enteras.

Yo respiro hondo, muy hondo y me pregunto eso de: ¿Por qué a mí? Pero como soy buena hija, me limito a recitar de carrerilla todas las posibles calles del barrio, por las que mi santa madre haya podido pasar, hasta que me dice que ya son suficientes para que el policía se haga cargo del trayecto en el que le han sustraído el monedero.

¿Lo ha oído usted? Le oigo a mi madre decirle al policía.

Qué pienso para mis adentros. ¿Cómo no te va a oír, si tienes puesto el manos libres? Te ha oído él y toda la comisaría.

Se despide y un minuto más tarde me vuelve a llamar.

¡Hija! ¿Tú no sabrás mi número de teléfono?

¡Hay mi madre! Que estará pensando el pobre agente que le está tomando declaración, pagaría solo por saberlo.

¿Cómo no lo iba a saber si ahora mismito me ha aparecido en la pantalla?

¡Qué casualidad! Me dice entusiasmada. Pues dímelo que este hombre me lo pide.

¿Algo más? Le digo con resignación.

Y la oigo repetirlo. El policía dijo que no con cierto pesar y mi madre por fin, firmó su denuncia y me dejó tranquila hasta que llego a casa para avisarme de que ya lo había hecho y contarme con todo lujo de detalles, lo que le había pasado. ¡Cómo si yo no hubiera participado de aquel memorable momento!

 

19 ene 2024

AMENAZAS Y UN CALVARIO

 

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Superada la gripe y viendo que mi vida sigue siendo un auténtico caos. Hay veces en las que miro al cielo y me pregunto: ¿Por qué a mí?

La verdad es que nadie me contesta y si lo hicieran, lo más probable es que me diera un parraque.

¿A qué viene este repentino optimismo? (Es una pregunta irónica)


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A la vuelta de Manuela la del bombo. Hace más de veinticinco años que irrumpió en nuestras vidas, como un elefante en una cacharrería. Pocos vecinos se salvaron de sus desaires, insultos y hasta agresiones. La mujer es de armas tomar y traía por la calle de la amargura a todo bicho viviente.


Una pasada de frenada, la obligo a tener que dejarnos por un tiempo, tiempo en el que su encantador exmarido ocupo su lugar en el vecindario. La tranquilidad y el descanso inundó nuestras vidas, y pensamos que, aquello, podía ser lo más parecido al paraíso.

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Pero, parece que las personas buenas, son requeridas antes para irse, haya a donde sea que van las almas cuando abandonan nuestro mundo. Diez años más tarde de que nos dejara, con piel de cordero y aspecto ausente, Manuela se incorporó de nuevo a nuestro día a día. 

Algunas como yo, pensamos que había cambiado y que merecía una oportunidad. Nos equivocamos. Poco a poco, comenzó a mostrarse tal y como la conocimos años atrás, y ahora vuelve a estar desatada. Solo espero, que en esta etapa nos ahorremos los striptis. Aquel tanga rojo y sus socorridos pechos eran usados como arma arrojadiza contra hombres, mujeres, he incluso ancianos. Nunca entendimos, que daño pretendía hacer con semejantes exhibiciones. Puede que la primera vez nos sorprendiera su perversa moral, pero con los años, nos acostumbrados y al final, podías ver a Manuela perseguir a la gente en ropa interior y ni inmutarte. Eso sí, mas me vale entrenar que la jodía, además de mala leche, mira que es rápida. 

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También espero que cueste menos detenerla. Había que ver, la desesperación de aquellos fornidos policías que ya no sabían ni de dónde cogerla para meterla en el coche patrulla. Hasta siete llegamos a contabilizar en sus buenos momentos.

Algún súper poder tenía que tener, porque una mujer de apenas metro cincuenta y cinco, que no llegara a los cincuenta kilos, repartía que daba gusto.

Ahora, algo más desmejorada (al menos físicamente), la ha vuelto a tomar conmigo y tras unos meses de gritarme desde el otro lado del patio, ayer vino a amenazarme.

—¡No me abras que voy a matarte! —Me grito, mientras aporreaba mi puerta.

Que pensé para mis adentros: —¡Ésta, está desentrenada! Para que llama, si no quiere que abra. Claro, que si me avisa de que me va a matar, tampoco iba a ser tan tonta como para abrirla.


Cuando terminó de desahogarse, no me quedó otra que poner una denuncia. La primera vez en mi vida y sin salir de casa. ¿Es o no es de 
récord?


El policía me preguntó, ¿si pensaba que realmente podría ejecutar sus amenazas? o ¿era algo que solía decir y luego quedaba en aguas de borrajas?

Solo tuve que dar su nombre y DNI para que vieran sus antecedentes penales. Me hicieron pasar inmediatamente (tampoco es que hubiera nadie esperando) y hasta me ofrecieron escolta policial. Algo, que yo decline. Sólo le faltaba a Manuela, ver a la policía en el patio para venirse arriba y liarla con más gana, que tener público, siempre le gustó.


Por la noche debieron informarle de la denuncia, porque mi amiga me dijo que, a eso de las nueve, andaba dando gritos jardín para arriba, jardín para abajo.


No quise presté atención, con una dosis al día voy más que sobrada. Eso sí, está mañana a las siete en punto, para que no me relajara, metía una nota de su puño y letra por debajo de la puerta. En ella, me volvía a avisar (hay que ver que considerada) de que en cuanto se duchara, me iba a denunciar por acoso y eso, eso sí que me ha indignado. Creía que, para acosar a alguien, había que llamar por teléfono, ir a buscarle a su casa, dejarle notitas, arañarle la puerta o insultarle cada vez que a una le venga en gana. Básicamente, lo que ella hace conmigo.


Aunque, después de imaginarme esa conversación entre el policía y Manuela, me he quedado más tranquila:


—Mi vecina me acosa.

—¿Cómo lo hace? ¿Qué le dice?

—Nada, no responde cuando la insulto o amenazo ¿Se lo puede usted creer?

—No, pero sigamos. ¿La llama por teléfono? ¿Le manda mensajes? ¿Cartas?

—Ni uno, me tiene bloqueada.

—¿La persigue, va a su casa?

—¡Ni que se le ocurra!

—¿Seguro que le acosa?

—¡Sí! Tiene fijación conmigo.

Bromas aparte, a Manuela no hay que menospreciarla, puede que le falte algún tornillo, quizás todos. Pero se conoce los juzgados y la ley como la palma de su mano y eso, eso siempre resulta una desventaja para una novata como yo.

En fin, Manuela ha vuelto a tocar el bombo y como diría mi abuela: —¡Qué Dios nos pille confesaos!

 

 

 

 

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JUICIO LEVE DE FALTAS

  VECTOR PORTAL Como ya os conté, Manuela tuvo un brote y, en plan chungo, me dejo claro que no era su vecina favorita y que, en cuanto me d...