27 may 2023

TUBERÍAS EN MAL ESTADO.

 







Doce de la mañana del sábado y recibo un mensaje de la hija del Paparazzi.

—Dice mi padre, que tienes perdidas en tus cañerías.

Y yo, releo el mensaje por si va con segundas. Que el Paparazzi está mosqueado conmigo y no me tiene mucha simpatía en estos momentos. Bueno, si soy sincera ni en estos ni en ninguno de los últimos veintiocho años.

—¿Me lo puedes repetir, reina? —Le preguntó dispuesta a decirle cuatro cositas de su santo padre.

—Que estaba mi padre en el sotanillo y ha visto que una de tus tuberías gotea.

Se me abren los ojos como platos y vuelvo a preguntar.

—¿Estamos hablando de ese hueco de apenas un metro de altura que hay bajo la casa y en el que las ratas y las cucarachas montan sus guateques?

—Si hija, sí. —Me responde resignada.

—¿Y qué hacía en semejante lugar?

—No lo sé.

—Tu padre necesita un hobby urgentemente.

—¿Y crees que con eso dejaría de hacer cosas raras?

—No, para que nos vamos a engañar. Dile que no se preocupe que llamaré al seguro.

Se lo cuento a la presidenta y está me interroga porque no se lo puede creer.

—¿Qué se ha metido bajo los cimientos? —Yo muevo la cabeza afirmativamente. —¿Y qué hacía ahí?

—No preguntes, es el paparazzi.

—¿Y cae mucha agua?

—Según los de mi seguro una gotita.

—¿Y cómo lo ha encontrado? Si ahí no no hay luz. ¿Es que tiene avería en su casa?

En su casa no, pero en el cerebro... 

—Nena que te pierdes.

El de mi seguro, se ha tenido que meter hasta el fondo. 

—¿De donde?

—De los cimientos, bicho. El hombre ha salido llenito de polvo, hasta en la huchita del pantalón, llevaba telas de araña. 

—¿Qué exagerada eres? Y, ¿cuándo lo vienen a arreglar?

—Nunca. Mi seguro dice que es la tubería general y que lo tiene que arreglar el seguro de la comunidad y el seguro de la comunidad, dice que no lo arreglan porque no le cae a nadie.

—¡Mujer, le caído a tu vecino!

—¡Pues eso verdad! Voy a llamar otra vez.

13 may 2023

DERMATITIS ÁTOPICA O EL NERVIO DE MI MADRE



A mi madre le ha brotado algo y no, no es la mala leche, que también le brota de vez en cuando y es mejor que te pille lejos.

Como no me deja ir con ella al médico, para que no le cuente la cantidad de veces que se salta la dieta, que eso tiene otro post. Tengo que hacer un trabajo de investigación profundo para llegar a entender, que es lo que realmente le pasa.

Por ejemplo: Que se pasa con los postres cuando se va de pingo con las amigas y la doctora la regaña; ella le dice que eso es porque como mucha fruta. La doctora le reduce la fruta y ella sigue comiendo postres, como si no hubiera un mañana. Es ahí, cuando me pongo sería y le aguo la fiesta antes de que se ponga mala.

Ella me harta de todo, pero en el fondo sabe que llevo razón y sigue con su dieta para que no le pase nada.

Pues bien, su última visita debió ser de traca. Salió del médico entusiasmada, con una pastilla nueva, que yo creo, era la única que nos faltaba.

—¿Qué te ha dicho el médico, mami? ¿Te ha mandado por fin al dermatólogo? —Le pregunto esperanzada.

—No, me ha mandado una pomada y una pastilla para el nervio.

—¿Qué nervio mami? —Pregunto incrédula, por si no he oído bien y le aclaro. —Si lo que te brota es un salpullido. ¿Es que te la has tomado ya y no me has dicho nada? —Le aclaro, no vaya a ser que la pobre este medicada.

—No seas guasona y deja que te explique. —Me dice toda digna. —Le he contado que cuando estoy en casa aburrida, me sube una picazón y es cuando me brotan los granitos.

—¿Y cuando estas tranquila en casa? ¡Si no paras! 

—¡Por las noches! —Me aclara.

—Lo que te ha mandado, ¿no será un tranquilizante? —Le preguntó intrigada.

—¡Que no! Dice que el picor, es por el azúcar y por un nervio que tengo.

—¿Uno sólo? —Le preguntó con suspicacia. —Ni ramificaciones, ni nada. —Mi madre me mira entornando los ojos y me digo a mi misma: «retirada». —¡Jolín mamá, es que no te entiendo!

—Le he explicado que mientras estoy por ahí, no me pica nada. —Me dice y se queda tan ancha.

—¡Qué morro tienes! —Le interrumpo.

—¡No es morro! —Me dice muy digna. — Pienso y me brota.

—¿Y para qué piensas? Le preguntó.

—¡Hoy, no hay manera contigo! No sé, para qué te cuento nada.

—Por no discriminarme, que se lo cuentas a todo el mundo. —Y me vuelve a mirar con mala cara. —En fin, a ver si la pastillita te calma.

—¡Y dale! Que no es para los nervios, es para el nervio que pica.

—Debe ser, eso que llaman medicamentos inteligentes, que van directitos a la única neurona afectada.

—¡Qué cazurra eres! No te enteras de nada.

—¡Va a ser eso mama! —Le digo resignada.

Ya veré lo que se está tomando y para qué demonios sirve. Por si tengo que hablar con el médico, aunque sea en contra de su voluntad.

7 may 2023

COMPAÑIAS DE TELEFONO, TELEFONOS DE INFORMACIÓN Y OTRAS DESGRACIAS.

A veces me pregunto: ¿Habrá alguien allá arriba divirtiéndose a mi costa?

Es la segunda vez que me sucede. De la noche a la mañana, la compañía telefónica, cambia la tarifa. Siempre, bajo la premisa de una mejora, mejora que solo les beneficia a ellos. Parecen tener barra libre para hacer lo que les venga en gana.


La primera vez, pensé que era cosa de mi hija.

¡Nena! ¿se puede saber a dónde llamas? Me han cobrado diez euros de más.

Pues solo llamé a información, Los del Uber, me habían cobrado tres euros de más.

¡Pues, la próxima vez, se los deja de propina! Que, con lo que cuesta el teléfono de información, me pago un traje.

¡Que exagerada eres!

Dos meses más tarde, Me di cuenta que cobrar diez euros de más, se había convertido en una mala costumbre.

Cuando pregunté, me dijeron que habían cambiado mi contrato para beneficiarme.

«¡Serán cara duras! Pensé.

¿Y a los que quieren perjudicar? ¿Qué les hacen ustedes?¿La tortura china? Le pregunté con retintín.

Se ha subido a 300 megas.Es una gran mejora, debería valorarlo. Me dice la señora y se queda tan ancha.

Lo malo es que solo mejora su compañía. Yo sigo sin internet, porque mi rúter va a pedales.

Solo se garantizan los megas si está conectado por cable.

¿Entonces para que quiero el wifi y tantos megas?

La señal de wifi necesita que no haya obstáculos. Me dijo de forma monótona.

Que pensé: Estoy hablando con la IA, porque esta señora no es un ser humano.

En esta planta no hay tabiques y el único obstáculo que hay en estos momentos, soy yo.

Lo ha colocado frente a un espejo.

¿Porqué? ¿Si el rúter se ve guapo, va más rápido?

No, todo lo contrario, la señal rebota. Tendrá que ponerlo en alto.

Como no lo empotre en el techo

Ha pensado en cambiar de rúter, tenemos unas ofertas...

No reina, lo que voy a cambiar es de compañía.

Cambio de compañía y la cosa sigue igual. 300 Megas, me aseguraron. He visto caracoles más rápidos que mi rúter.

Llamo y vuelta a empezar.

Vamos a realizar las comprobaciones. ¿Puede ponerse al lado del rúter con el ordenador?

Y yo que soy muy dispuesta, en pos de arreglarlo me dispongo a escalar.

Espere un segundo que cojo la escalera.

Coloco la escalera y subo con el móvil y el portátil. He visto números circenses menos arriesgados que mi maniobra. Apoyo el portátil en la parte superior de la alacena, junto al rúter, a ver si se le pega algo y pongo el móvil en manos libres.

Sigo todas las instrucciones: Apague wifi, encienda wifi, pulse el reset con un palillo o similar.

«¡Me Cagüen en tooo! No tengo palillo y pienso rápido no me vaya a colgar. Me quito el pendiente para resetear.

La escalera tiembla (Bueno, puede que la que temblara fuera yo), instintivamente me agarró; el portátil que se tambalea por soltarlo; la mujer que sigue dando instrucciones y yo que no llego, porque sólo tengo dos manos y me debato en quedarme sin dientes o sin portátil, pero el rúter es sagrado.

Consigo equilibrarme, que tal y como ando, mi psiquiatra estaría encantado. Reseteo el rúter y volvemos a comprobar.

No llega ni a cien y me dice la señorita:

Tendría que ponerlo en alto.

A lo que pienso: «Mar contrólate y vuelve a explicarlo».

Como no lo inserte en la escayola Le digo en tono sarcástico.

¿Seguro que está cerca?

¡A ver, si te pongo en situación, tesorete! Estoy en lo alto de una escalera, pegadita al rúter que está encima de la alacena y a puntito de partirme la crisma.

¿En serio? Y oigo como se descojona de risa.

Me dijisteis que lo pusiera en alto. Digo controlándome.

Si mujer, pero No termina la frase y prosigue con el manual ¿No tendrán tabiques de hormigón? Me pregunta en tono jocoso.

Encima de la alacena, no. Le contesto entornando los ojos, que echaban fuego.

Pues lo mismo necesita más megas o un repetidor.

Justo cuando voy a decirle que es lo que necesito, aparece mi querubín.

¡Mama, que haces!

Arreglar el rúter.

¿En serio? Muevo la cabeza de arriba abajo con resignación. ¡Genial! ¿Me dejas grabarlo?

Sólo tuve que mirarla para que saliera pitando.

Conclusiones: La señorita no tenía solución, yo no tengo equilibrio y mi hija es una cachonda.

A día de hoy, Sigo reseteando el rúter cada vez que me quiero conectar, parece que, si no me subo a la escalera, el puñetero no va.








JUICIO LEVE DE FALTAS

  VECTOR PORTAL Como ya os conté, Manuela tuvo un brote y, en plan chungo, me dejo claro que no era su vecina favorita y que, en cuanto me d...