http://creativecommons.org/publicdomain/zero/1.0/deed.en |
Llegamos a Cahors al atardecer,
Habíamos visto un área idílica cercana al centro, junto a la orilla del
precioso río que bordea la ciudad.
El sol se ponía en el horizonte y
la temperatura era muy agradable. ¿Qué podía salir mal…?
Pusimos en google maps las
coordenadas y nos limitamos a seguir sus órdenes en pos de llegar al paraíso.
Según nos alejábamos de la ciudad el verde de los campos se fue perdiendo y nosotros
nos miramos extrañados.
—¿Estás segura de haber metido
bien las coordenadas? —Me dijo mi Lucero al ver que Google anunciaba que
habíamos llegado a nuestro destino.
Ambos mirábamos atónitos a nuestro alrededor. El GPS nos había llevado hasta el parking de una antigua fábrica medio abandonada, de las que salen en las pelis de terror. Mi Lucero aparcó bajo la
única farola que existente en aquel desolador lugar. La vista al otro lado de la
calle no era mejor, un desguace de vehículos oxidados y pequeños montículos de escombros que se extendía por la deteriorado camino que se estrechaba cada vez más.
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Buscamos las fotografías del área y volvimos a mirar por si hubiera alguna coincidencia. No la encontramos y nos aseguramos de que las coordenadas fueran las correctas, al ver que así era. Decidimos cambiarlo por el nombre de la calle, por si hubiera algún error. Google se puso a pensar y nos indicó el camino opuesto.
Ganitas nos dieron de tirarlo por la ventana, pero como está dentro del móvil nos contuvimos. Recorrimos tres o cuatro kilómetros y por fin, nos llevó hasta el área de
nuestros sueños. Está si que se parecía a la fotografía, rodeada de una frondosa arboleda a unos metros de la orilla del río, sobre una
alfombra verde de césped.
Si el post fuera de cualquier otro, acamparían y disfrutarían felices para siempre, pero yo soy Odry, "desastrosa y sin remedio". Apenas dimos una vuelta, volvimos a la realidad, no había ni una sola plaza y había que seguir buscando.
https://creativecommons.org/licenses/by/3.0 |
A la mañana siguiente bajamos la
moto de la auto y nos dispusimos a llegar al centro de la ciudad. Lo que no nos imaginábamos después de haber dado tantas vueltas la noche anterior, es que estábamos
a un paseo del centro.
Aparcamos la moto y nos
dispusimos a recorrer las calles medievales, visitamos el mercado y por
supuesto el puente de Valetré, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.
https://creativecommons.org/licenses/by-sa/2.0/ Creador: Angel de los |
Este puente tiene una leyenda que dice, que se tardó tanto en construir que el arquitecto vendió su alma al diablo para que le ayudara a terminarlo. Justo antes de acabar y para no tener que cumplir el contrato, el arquitecto mandó al diablo a por agua al otro lado de la ciudad con un cedazo (tamiz) para dar de beber a sus obreros. Obviamente no lo consiguió y el arquitecto se libró de cumplir su palabra. El diablo se enfadó y volvió noche tras noche para arrancar una piedra y que el puente nunca estuviera terminado. En 1879 al restaurar el puente, el arquitecto Paul Gout mandó colocar en el hueco vacío una piedra esculpida con la imagen del demonio y no volvió a desaparecer, porque las garras del demonio habían quedado atrapadas en el cemento.
¡Ala! A ser malos que es mucho más
divertido.