7 may 2023

COMPAÑIAS DE TELEFONO, TELEFONOS DE INFORMACIÓN Y OTRAS DESGRACIAS.

A veces me pregunto: ¿Habrá alguien allá arriba divirtiéndose a mi costa?

Es la segunda vez que me sucede. De la noche a la mañana, la compañía telefónica, cambia la tarifa. Siempre, bajo la premisa de una mejora, mejora que solo les beneficia a ellos. Parecen tener barra libre para hacer lo que les venga en gana.


La primera vez, pensé que era cosa de mi hija.

¡Nena! ¿se puede saber a dónde llamas? Me han cobrado diez euros de más.

Pues solo llamé a información, Los del Uber, me habían cobrado tres euros de más.

¡Pues, la próxima vez, se los deja de propina! Que, con lo que cuesta el teléfono de información, me pago un traje.

¡Que exagerada eres!

Dos meses más tarde, Me di cuenta que cobrar diez euros de más, se había convertido en una mala costumbre.

Cuando pregunté, me dijeron que habían cambiado mi contrato para beneficiarme.

«¡Serán cara duras! Pensé.

¿Y a los que quieren perjudicar? ¿Qué les hacen ustedes?¿La tortura china? Le pregunté con retintín.

Se ha subido a 300 megas.Es una gran mejora, debería valorarlo. Me dice la señora y se queda tan ancha.

Lo malo es que solo mejora su compañía. Yo sigo sin internet, porque mi rúter va a pedales.

Solo se garantizan los megas si está conectado por cable.

¿Entonces para que quiero el wifi y tantos megas?

La señal de wifi necesita que no haya obstáculos. Me dijo de forma monótona.

Que pensé: Estoy hablando con la IA, porque esta señora no es un ser humano.

En esta planta no hay tabiques y el único obstáculo que hay en estos momentos, soy yo.

Lo ha colocado frente a un espejo.

¿Porqué? ¿Si el rúter se ve guapo, va más rápido?

No, todo lo contrario, la señal rebota. Tendrá que ponerlo en alto.

Como no lo empotre en el techo

Ha pensado en cambiar de rúter, tenemos unas ofertas...

No reina, lo que voy a cambiar es de compañía.

Cambio de compañía y la cosa sigue igual. 300 Megas, me aseguraron. He visto caracoles más rápidos que mi rúter.

Llamo y vuelta a empezar.

Vamos a realizar las comprobaciones. ¿Puede ponerse al lado del rúter con el ordenador?

Y yo que soy muy dispuesta, en pos de arreglarlo me dispongo a escalar.

Espere un segundo que cojo la escalera.

Coloco la escalera y subo con el móvil y el portátil. He visto números circenses menos arriesgados que mi maniobra. Apoyo el portátil en la parte superior de la alacena, junto al rúter, a ver si se le pega algo y pongo el móvil en manos libres.

Sigo todas las instrucciones: Apague wifi, encienda wifi, pulse el reset con un palillo o similar.

«¡Me Cagüen en tooo! No tengo palillo y pienso rápido no me vaya a colgar. Me quito el pendiente para resetear.

La escalera tiembla (Bueno, puede que la que temblara fuera yo), instintivamente me agarró; el portátil que se tambalea por soltarlo; la mujer que sigue dando instrucciones y yo que no llego, porque sólo tengo dos manos y me debato en quedarme sin dientes o sin portátil, pero el rúter es sagrado.

Consigo equilibrarme, que tal y como ando, mi psiquiatra estaría encantado. Reseteo el rúter y volvemos a comprobar.

No llega ni a cien y me dice la señorita:

Tendría que ponerlo en alto.

A lo que pienso: «Mar contrólate y vuelve a explicarlo».

Como no lo inserte en la escayola Le digo en tono sarcástico.

¿Seguro que está cerca?

¡A ver, si te pongo en situación, tesorete! Estoy en lo alto de una escalera, pegadita al rúter que está encima de la alacena y a puntito de partirme la crisma.

¿En serio? Y oigo como se descojona de risa.

Me dijisteis que lo pusiera en alto. Digo controlándome.

Si mujer, pero No termina la frase y prosigue con el manual ¿No tendrán tabiques de hormigón? Me pregunta en tono jocoso.

Encima de la alacena, no. Le contesto entornando los ojos, que echaban fuego.

Pues lo mismo necesita más megas o un repetidor.

Justo cuando voy a decirle que es lo que necesito, aparece mi querubín.

¡Mama, que haces!

Arreglar el rúter.

¿En serio? Muevo la cabeza de arriba abajo con resignación. ¡Genial! ¿Me dejas grabarlo?

Sólo tuve que mirarla para que saliera pitando.

Conclusiones: La señorita no tenía solución, yo no tengo equilibrio y mi hija es una cachonda.

A día de hoy, Sigo reseteando el rúter cada vez que me quiero conectar, parece que, si no me subo a la escalera, el puñetero no va.








12 comentarios:

  1. Entre los renglones de tu obra, camuflas con simpatía esa impotencia que hemos experimentado todos (alguna vez) ante el uso y abuso de la “todo poderosa” empresa de “internet y telefonía”
    “Reír por no llorar” es la moraleja que encuentro en esta historia que es tan cotidiana en nuestros tiempos... Pero, además entre los renglones de tu texto he podido confirmar que… Leerte es una buena medicina para levantar el ánimo.
    ¡Gracias por ello!

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  2. Gracias a ti, por tus comentarios. Llevas toda la razón del mundo. Ante la impotencia solo queda reír por no llorar.
    Un fuerte abrazo.

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  3. jajajaja buena historia, tambien suele suceder que por ubicación geográfica no entra bien la señal, y ahí no hay nada que hacer, solo cambiarte de casa....

    saludos

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  4. Felicitaciones por el arte de tus letras

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  5. : «Las preocupaciones, los pensamientos negativos, los rencores, el resentimiento, son como el vaso de agua. Si piensas en ellos un rato, no pasa nada. Si piensas en ellos todo el día, empiezan a doler. Y si piensas en ellos toda la semana, acabarás sintiéndote paralizado, e incapaz de hacer nada.»

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    1. Llevas toda la razón, por eso yo, no pienso mucho e intento reírme de todos esos pequeños problemas que nos encontramos en el día a día.
      Un saludo y gracias por comentar.

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  6. Respuestas
    1. Hacemos lo que podemos, que tal y como está el mundo, no es poco.
      Un besote.

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  7. Wow...
    Qué lata, esto de las conexiones Internet.

    Buen domingo, ODRY. Un gusto 🏙

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