Viernes por la noche, cenita con mis amigas y me aplico una ampollita rejuvenecedora que me ha traído mi querubín.
—Nena
para que te gastas el dinero, si lo mío no tiene arreglo. —Le había dicho el
día anterior, cuando apareció con la ampolla rejuvenecedora. —Así, no ahorras
para el piso.
—Mama,
si me ha costado un euro. —Me dice la muy generosa.
—No
será del todo a cien, que veo que se me cae la cara y más que estirarme la piel,
me la van a tener que reconstruir.
—Que
no, era una oferta por caducidad.
—¡Ves!
Ya me quedo más tranquila. No solo se me va a caer la cara, además me van a salir
salpullidos o rojeces por toda la piel.
—¡Que
exagerada eres! Por un par de meses, no pasa nada. Además, ¿cuándo fue la
última vez que te compraste un maquillaje? Si lo tienes todo caducado.
«Hay
me ha dado la puñetera». Pienso yo para mis adentros y miro la fecha de
caducidad de la ampolla, que la niña es miope y no fío.
—¡Un
par de meses, puñetera! Si pone: octubre 2022. —La niña se encoje de hombres y yo
arriesgo por no tirarla. Que no está la economía como para despilfarrar.
Después
de aplicarme la ampollita, espero unos minutos. Cuando parece que no se me cae nada, me pongo manos a la obra, que la última vez que me maquille,
era hasta joven.
Me
miro en el espejo del baño que es muy agradecido y pienso: «Pues no he quedado
del todo mal. Es el momento de hacerme el selfie
para renovar mi perfil». Voy a buscar a la niña y le digo:
—¡Nena!
¿Me haces una foto de esas en la que una sale bien?
—¡Vale!
Pero rapidito que he quedado.
Me
pongo y hace la primera foto. Me la enseña y casi me da un parraque.
—¡Nena!
¡Qué así de mal, también me saco yo y no necesito fotógrafo!
—¡Mama! Es que si miras al suelo te salen sombras y se te ven bolsas.
—¡Vale,
hija! —Y miro al cielo.
—¡Mama!
Céntrate, que te pones bizca.
Sopló
y me quedo mirando al horizonte, cual descubridor de las Américas.
—¿Por
qué pones esa cara?
—¡Nena,
la que tengo!
—¡No
me fastidies! Sonríe un poco por lo menos, que parece la foto de una ficha
policial.
—¡Es
que si sonrió me salen las patas de gallo! —Le terminó explicando para que lo
entienda.
—¡Y
si te pones tan sería te salen arrugas entre cejo!
—¡Pues,
ponme un filtro!
—¡Mama!
Ya no tengo filtros, que ahora se lleva lo natural.
—¡Vaya
por Dios! Siempre llego tarde.
Dejé
el trauma en casa, que tenía ganas de pasarlo bien y cuando llegué a eso de la
una y media de la noche. Me fui a desmaquillar y al mirarme al espejo tuve un flash back.
No sé si por el sueño que tenía o por las dos copas de vino que me había tomado en la cena, pero yo me veía bien.
Cogí el móvil y me hice una sesión que ni las Kardashian. Sin dejar
el subidón, escogí la que más me gustaba y la puse, antes de que me diera el bajón y viera la triste
realidad.
Conclusión: Para salir guapa no hay que sufrir, hay que tomarse un par de copas y no perder el buen humor.
Déjame perfumarte con palabras que te hagan justicia y permíteme robarte una sonrisa que te arañe el corazón.
ResponderEliminarTu rostro refleja la serenidad de los seres nobles que viven en paz con la vida misma, mientras tus labios dibujan la tímida sonrisa de una niña que nunca dejó de ser.
Sin embargo y a la misma vez, eres propietaria de una sensualidad con clase y de un porte muy femenino, que aceleran los latidos de todo humano corazón.
Tus ojos relucen como mágicos luceros que se escapan traviesos del encuadre de la fotografía, mientras tu postura siempre relajada, encanta sin pretenderlo y muestra sin exhibir.
Terminaría este comentario diciendo… No sabía que los angelitos se tomaban selfis, pero como no soy tan osado, prefiero decirte que, al calor de tus letras y de tus imágenes, no hay forma de no darse cuenta de que, eres un ser humano de primera, una dama diez estrellas y un verdadero regalo para los ojos.
¡Gracias por estar!
Si no tuviera pareja, te pediría el teléfono, porque más que una sonrisa, me has alegrado toda la semana, que digo toda la semana, este mensaje lo imprimo y me lo pongo en el espejo del baño, para cuando el puñetero me muestre mis miserias, le pueda sacar la lengua y decirle que le den...
EliminarMil gracias por tus palabras, eres un encanto.
Por favor, si me permites un consejo, nunca dejes de quererte.
ResponderEliminarMuchas gracias linda, eres un amor, quizás por eso escribas tan endiabladamente bien.
EliminarUn besote.
¿Para que le dan consejos? Que se aconseje a ella misma
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