Decía
mi abuela: Cuando el diablo no tiene que
hacer, con el rabo mata moscas.
Y
no le faltaba razón. Soy aficionada al YouTube y cuando ando cocinando o
comiendo, me suelo poner todo tipo de vídeos: idiomas, economía, decoración,
manualidades, recetas y cosas sanas.
Un
día, te dicen que comer el ajo crudo, es lo más saludable que probaras en tu
vida; otro, que si tomas el agua de cocer la alcachofa, dejaras tú hígado más limpio
que el jaspe; el famoso vaso de agua con limón que dejará tus arterias como los
chorros del oro y los batidos milagrosos que adelgazan y te sientes
rejuvenecer.
Sinceramente
soy incapaz de tomarme la mayoría de las recetas que nos aconsejan, pero esta mañana, estaba trasteando y veo un vídeo en el que aseguraban que, comiendo dos clavos en
ayunas, te cambiaba, no te volvías más guapa, pero lo arreglaba todo: el
estómago, el dolor de muelas, el mal aliento, contiene vitaminas y
minerales, regula el azúcar en sangre, tiene propiedades antiinflamatorias y
cardiovasculares, etc. La lista era más larga que la de los reyes godos.
Y
yo me digo para mis adentros, «La receta es fácil y los clavos se me están
caducando».
Y allá que voy, abro el cajón de las especias,
cojo el clavo oloroso y lo comienzo a masticar como si fuera el turrón de
navidad.
Las
primeras reacciones no fueron muy positivas, pero como estaba metida en faena y
soy tan burra, me lo trague para no desperdiciar la oportunidad de meterle al
cuerpo algo sano.
¡Me
caguen en el You Tube y en los clavos de olor! Que cosa más asquerosa.
Que
curaba el mal aliento, decían. «Si no me van a acercar ni las ratas». Reflexioné, al ver que cada vez que respiraba, me venía todo el aroma
desde el interior de la garganta.
Me enjuague la boca y nada, bebí agua y tampoco, al final opte por otro de los
remedios y pensé. «Voy a matar dos pájaros de un tiro». Me exprimo medio limón
en un vaso de agua y para dentro, que hoy estoy más sana que una manzana.
Paso
al plan B, Me lavo los dientes, me enjuago con el colutorio, pero aquello no se pasa.
Después
de pasarme toda la mañana con el desagradable sabor en la boca y con nauseas
(menos mal que las quitaba).
En
pos de encontrar algún que me lo quitara, preparo un potaje que estamos en semana santa. Si el bacalao, los garbanzos y toda la
acompaña, fallan, ya no me queda nada.
Según
mi Lucero, el potaje estaba de lujo y a mí, ganitas me daban de guardármelo para
mañana, a ver si con un poco de suerte consigo que me sepa algo.
Termino
el potaje cabreada por no poder disfrutarlo como tocaba, me como un níspero de
los que me había dicho el tendero que estaban un pelín ácidos, pero buenísimos.
Hijo de la gran chingada, si se te caen las lágrimas no es ácido es una auténtica putada. Pues con lágrimas y todo, el sabor y el olor del dichoso clavo ahí estaba.
Vuelta
al cepillo de dientes y cambio hasta de pasta, pero sigo sin conseguirlo y como siga restregando hasta el esmalte me cargo.
Con razón dicen que el clavo espanta a los mosquitos, a los mosquitos y al
resto de la humanidad, a ver quien es el guapo que se acerca a alguien que se
ponga el clavo oloroso encima.
Siete
de la tarde y el estómago que me arde. Lo mismo lo he entendido mal y en vez de
que te calma el dolor, te lo poner, porque a mí, no me dolía nada.
Es
en momentos como este, cuando me pregunto: ¿por qué todo lo que le mandan a una
en ayunas, es tan asqueroso? Ya podían recomendar: el bocata de lomo para curar
las penas, el pan con tomate y jamoncito para sanar el alma, la tortillita de
patata para la depresión y la ensaladilla con bien de mahonesa para lo que haga
falta.
En
fin, el clavo no es tan bueno como dicen. Prevenidos quedáis, ya, hacer lo que os venga en gana.
Feliz
semana Santa.
Me despido nena suerte y adios
ResponderEliminarTe deseo lo mismo, un placer haberte leído.
Eliminareres una bruja envidiosa que no sabes escribir saliste de a mierda y a la mierda te volveras a ir
ResponderEliminarMira, pues lleva razón en una cosa. Soy bruja y a mucha honra. Además, es cierto que me falta mucho para escribir como me gustaría y no te voy a negar que vengo de una familia muy, muy humilde, por no decir pobre de narices.
EliminarEn lo único que no coincido contigo es en la última parte. Cuando uno le pone ganas, aprendizaje y corazón, nunca podrá volver al punto de partida, porque habrá evolucionado.
Me hace mucha ilusión tener mi primer trol. Me hubiera gustad que le echara algo más de imaginación en sus insultos, pero no se puede pedir todo.
Un abrazote de corazón, te veo muy necesitado-a de cariño.
se me hacen familiares aquellas palabras de aquel troll anónimo, muy parecidas a lo que me escribió a mi, primero un insulto,que te manda a la mierda, y cuestiona la intelectualidad de los escritos, mismo patrón... no digo más pero los patrones se repiten y concluyo quien es aquel trolls
Eliminarsaludos
Creo que llevas razón, ha ocurrido justo después de publicar un comentario ayer en tú block. Imagino que no quería hacerme de menos. Más majo, 😅
EliminarUn clavo saca a otro clavo, para que se te quite el mal sabor de boca y no odies los clavos durante toda tu vida, te diré una receta: por un limón entero, sin pelar y con clavos por toda la cáscara y sirve para perfumar la casa
ResponderEliminarCorazón, perdona si tardo un par de semanas en seguir tu consejo, que no dudes pondré en marcha. Pero todavía tengo el olor metido en todo mi ser. Ja, ja, ja.
EliminarUn besote enorme
Yo uso el clavo para ponerlo en los bolsillos de los abrigos cuando los guardo. Algunos remedios si funcionan las abuelas eran listas y tu escribiendo eres genial, me has hecho reir, por lo que dices y por cómo lo escribes.
ResponderEliminarSi persiste el mal aliento ve al dentista su otro nombre es estomatólogo y sabrá que hacer.
Abrazucos
Es cierto que las abuelas somos un pozo de sabiduría, que yo, ya tengo nieto Ja, ja, ja.
ResponderEliminarCreo que no me expliqué bien, yo no tengo mal aliento, fue el clavo el que me hacía tener esa sensación de oler a la dichosa especie, pero gracias por el consejo me partía de la risa.
Un besote enorme.
JAJAJAJA
ResponderEliminarLo bueno que sigues viva y coleando, y en una de esas entre tanta cosa algún efecto positivo habrá tenido tu organismo.
Yo lo único que hago caso es al ajo en ayuna, pero el secreto está en tragar el diente de ajo, jamás masticarlo ya que te encargo el sabor y posterior el alito.
feliz fin de semana
saludos!!!
Muchas gracias por el consejo, ya decía yo que algo hacia mal.
ResponderEliminarUn fuerte abrazo
Muy interesante. Habrá que probar.
ResponderEliminarMejor no pruebes. Ja, ja, ja.
EliminarMil gracias por comentar.
Un fuerte abrazo