Hace unos días en el blog de mi querida Cruela, ley un post sobre el sexo tantrico, que pensé yo paa mis adentros, el que invento esto no tenía dos hijos preadolescente, tocando las narices a todas horas, que ya me cuesta un riñón darles esquinazo, para estar 15 minutillos de rigor, como para estar horas.
Sin ir más lejos el fin de semana pasado después de comer, nos sentamos mi lucero y yo a relajarnos. Mi preadolescente B 11 añitos tiene la joya, estaba jugando en casa de la vecina y mi preadolescente A, 15 primaveras de mala leche, se estaba acicalando (2 horitas de reloj, sin exageraciones, llevaba la criaturita, para colocarse el flequillo) y eso que lleva el pelo corto, no quiero ni pensar lo que sería con melenas.
Mi lucero me ponía ojitos
- Encuantito se vaya el bicho (preadolescente A)
Lucero que se impacienta y comienza maniobra de acercamiento.
Preadolescente, que entra sin avisar y ve que me esta dando un beso su padre.
- ¿Qué haciendo cositas?
- Las ganas guapo- lo digo para mis adentros, claro.
- ¡A! son las cinco, ¿no habías quedado? – pregunta Lucero impaciente.
- No he quedado a las 5:15.
Preadolescente que sale de la habitación.
- Hombre que son 15 minutitos de nada, a ver la tele- comento a mi Lucero.
Lucero que arruga el morrillo y sigue viendo el coñazo de película, que ya digo yo, que le podían echar más imaginación los que hacen la programación de la cadena triste, que todos los sabados y domingos ponen pelis en las que muere hasta el apuntador, dura poco la tranquilidad, vuelve la maniobra de acercamiento de macho hispano en fase de desesperación.
- ¡El niño!
- ¡Contra con el feo del niño!, ¿que no se va a ir nunca? ¡A, que son las 5:20! ¡No vas a llegar!
- ¡No, si me ha dicho que me dan un toque, papa!
- ¡Toque, quiere un toque!
Lucero que coge el móvil y le da un toque a preadolescente A.
- Mama me voy- mira el móvil- ¡Si es papa! Que gracioso, si que esta desesperado, ja, ja, ja
- Niño, deja las tonterías y vete ya, que llegas tarde.
- Me voy cuando me den el toque.
- A este le voy a dar el toque, no digo donde, pero se lo voy a dar, por aguafiestas.
- Nene aguanta y deja al niño, que luego tenemos toda la tarde.
Móvil que suena y niño que se larga, Lucero que se despelota en un tris y yo le sigo que nunca se sabe, con la suerte que tenemos.
Preadolescente B que llama a la puerta en lo mejor, Lucero que se pone escatológico acordándose de todos los familiares lejanos, se coloca mi bata, la iba a llamar neglillet que suena más fino, pero bastante surrealista es ya imaginarse a mi lucero en bata de maruja dominguera, como para empeorarlo, baja corriendo las escaleras, sujetando la bayoneta como puede, que a estas alturas ya estaba cargada.
- ¿Qué quieres nena? -disimula mi Lucero como puede.
- Vengo a por dinero, para ir a comprar al chino.
- Me caguen en el chino.
- ¿Qué dices papa?
- Que esperes, que te doy algo.
- No, lo voy a coger de arriba
Niña que sube corriendo las escaleras y yo me meto como puedo en la cama, para que no me pille en plan Venus de Milo pero con brazos.
- ¡Mama!
- ¿Qué pasa nena?
Enciende la luz.
- -¿Estabas durmiendo?
- Si es que estaba cansada
- ¿Dónde está mi hucha?
- En el cajón de tú mesilla.
Cuando va a salir del cuarto, se vuelve y me dice:
- ¡Ah! Ya se, estabais echando un pinchito.
- Niña, no digas tonterías.
- Si, si, por eso papa tiene tú bata puesta.
- Niña o coges el dinero y te vas o te castigo sin salir- todo esto en plan amenazador, que me da a mi que a esta niña el importa un bledo, por que me ignoró totalmente.

- ¡Vale, vale! Pero si me castigas, te quedas sin pinchito, ja, ja, ja.
Que una piensa para sus adentros, en el hospital me han dado el cambiazo por Lucifer.
Lucero que se deshace de la niña del exorcista y vuelve, por supuesto, nos saltamos todos los preeliminares, nunca se sabe…


















