Que soy más brutita que un arado, lo saben los que conozco, pero todo forma parte de la coherencia.
¡Vale, dicho así, no tiene ninguna!, Coherencia, ¡Claro!
Intentaré explicarme que lo mismo es peor, ya os aviso.
Este año, no e hecho ni un propósito, eso que me ahorro en pensar, por que no los voy a poder cumplir (Aquí entra la coherencia, y mí burrería, ambas dos) Por varias razones:
1. Se me olvidan. ¿Verdad que es importante?
2. Cuando me acuerdo, no tengo fuerza de voluntad. Imprescindible.
3. Me deprime no conseguir los resultados, que visto desde mis adentros y eran tan buenos.
Así que me rindo, por todo ello y por que sí la historia referente a lo de las uvas, es cierta, este año mejor me encierro en casa a esperar la catástrofe y es que sólo a mí se me ocurre irme a pasar la noche de Nochevieja, con mis adorados y entrañables padres.
Si señores la vida es un cúmulo de circunstancias y creo que mis padres forman parte de ella, que ya me tenía que haber temido lo peor, en el fatídico momento en el que le di al botón del telefonillo.
PIIIIIIIIII
- ¿Quién es? – Padre que contesta, como si llamara a las ovejas y os juro que de Madrid capital, este hombre no ha salido en su vida, bueno sólo en viajes de vacaciones.
- Yo, Papa. – Parecía algo sencillo, quedamos a las 9:30, son las 9:30 y de las dos hijas que tiene, una ya estaba en casa, más que nada por que vive allí.
- ¿Pero, quién eres?
- Papa, pero ¿cuántas hijas tienes?, soy la que falta a la cena. – Y es que mi Lucero y criaturitas habían ido antes.
- Pues haberlo dicho.
Visto el panorama, respiré hondo y pensé, resignación nena, que se te altera el Karma y me voy a pasar todo el 2012, intentando ponerlo en orden.
Las cenas en mi casa suelen ser breves, no por falta de alimentos, que mi gordi (lo que viene siendo, MADRE) cree que somos algo así como cerditos a cebar, eso sí a cámara rápida, no hemos terminado un plato, ya tenemos otro, el estilo y gracejo con el que lo sirve, es propio de tu peor enemigo, por que sus nervios, la pueden y si no te echa la salsa por encima, te tira la copa de vino, en fin toda una maestra de la mancha más bella.
¡Si! imagino lo que estáis pensando y sí, nos vestimos de fiesta después de la cena, es una medida de seguridad y ahorro, el tinte cuesta una pasta.
Este año hemos batido record, 40 minutos de reloj, postre incluido y café servido, no es de extrañar que mi hermana y yo ante tanta velocidad ya tuviéramos media moña cogida, entre vino y sidra, por que la previsora de mi madre no tenía el espumoso en la nevera, menos mal que somos capaces de bebernos el agua de los floreros.
Pero después de hora y media de conversación, esperando las uvas y en el que el cava caducado que mi madre tuvo a bien ofrecernos, algo calentorro eso sí, según ella, el cava no caduca nunca y la temperatura son gilipolleces, es líquido y entra solo. Nosotras que no observamos objetos flotantes en el mismo, decidimos arriesgar y beberlo. El buqué en el paladar se asemejaba más a la sal de frutas o bicarbonato, que al cava, aunque con total carencia de burbujas, que se metieran por la nariz, con su peculiar cosquilleo y es que mi madre, es maja y cocina genial, pero los pequeños detalles carecen para ella de total valor.
El momento uvas no pudo ser peor, mi madre había comprada las uvas más gordas del mercado, que ya son ganas de fastidiar.
En fin que llegado el momento en plena ingesta de las uvas gordas y algo pasadas mi hermana dice.
- ¡Saben a pasadas! – Los dos mofletes llenos y salpicando, que no es que no sea educada, es que se le olvida.
- ¡Más pasado estaba el cava, no te quejes y come! – Ya empezamos a reír y más cuando le oímos decir a mi madre.
- Ya llevo 8. – Mi madre tiene siempre los mofletes llenos, así que no se le nota la diferencia.
- No me fastidies, si va por la tercera. – Lucero que contesta cabreado.
- ¡Es que eres un lento! ¡ves ya e terminado!
- ¡Y tú te las comes con los cuartos!
Final de campanadas y año destrozado, por que a ambas nos quedaron 5 en el cuenco, eso sí, sin poder dejar de reir.
Y esta ha sido mi entrada triunfal en 2012, algo que no podré borrar hasta el próximo año y que tendré presente cada vez que me salga algo mal, vamos, casi todos los días, por que sigo siendo DESASTROSA Y SIN REMEDIO.
ESPERO QUE TENGÁIS UN AÑO MARAVILLOSO, SIN CRISIS, NI CATÁSTROFES, NI GUERRAS (FAMILIARES O LAS OTRAS) Y MUCHÍSIMA SALUD.
EN FIN QUE SEÁIS FELICES, QUE AL FIN Y AL CABO ES LO MÁS IMPORTANTE.
BESOS PARA TODOS, QUE ESTOY GENEROSA, HABER SI ASÍ SE ME REGULA EL KARMA QUE LO TENGO DESCOMPENSADO.