A eso del miércoles mi amiga me manda un mensaje, para recordarme que el fin de semana había fiesta de disfraces en el pueblo, yo no me pude resistir a tan buen plan y enseguida me puse en marcha para buscar modelito, aunque con las prisas lo único que me quedo fue atracar el armario de mi hija B, que me miraba atónita probarme sus minifaldas, mayas y camisetas.

- ¿Dónde vas mama?
- A una fiesta de disfraces, nena.
- Pues lo vas a petar, vaya pintas.
- ¿Eso es que voy bien o mal?
- Eso es que vas echa un cuadro.
- Eso nena tú animando, peor es lo de tú padre.
- Aunque me arrepienta ¿De qué va él?
- De el del medio de los Chichos.
- Lo que yo decía, menos mal que nosotros nos quedamos con la abuela.
- Haré como que no he oído nada bicha.
La deje murmurando y mientras organizaba mis cosas, llego el amigo deportista.
¡Más majo él! Ordenador en mano y dispuesto para organizar esa página web que quiero hacer, como BRUJA EN PRÁCITCAS, pero como no teníamos tiempo lo dejamos para más adelante. Por cierto me vendría genial algo de colaboración, ya que como diseñadora de páginas no tengo precio, soy nefasta y no se me ocurre absolutamente y es que hacer una página de esoterismo tiene su miga, pero eso será para otra ocasión a lo que iba.
Llego mi Lucero y me dijo:
- ¿Tienes todo preparado?
- Sí mi vidita.
- Pues voy a cambiarme de ropa y danzando que llegaremos sobre las 2:00 de la mañana a este paso.
- ¿Las 2:00? ¿Que vais empujando la casita móvil? – Comento mi vecino deportista, al que no le cuadraba el horario.
- Es que mi Lucero se lo toma con calma.
- Y tanto, 5 horas para llegar a Soria, ¿habéis pensado mandarlo al Guinnes?
- Menos guasa, voy con calma, que las prisas matan.
- En tú caso como no sea de aburrimiento, je je je
- Eso, tú sigue hurgando en la herida.
- ¡Oye que estoy pensando! ¿Vais ya a poneros los disfraces?
- ¡No! ¿Por qué?
- No, por esperaros en la puerta con la cámara.
- Es viernes por la tarde, ¿seguro que no tienes un plan pendiente monín?.
- ¡Vale! He captado la indirecta, pero por Dios hacer muchas fotos, hay cosas que merece la pena ver.
Aunque aquí no termino la cosa, que la charla era buena y a eso de las dos de la mañana, dijo el anfitrión:
- ¿Hago unas gambitas a la plancha?
- ¡No! Dijimos todos a la vez
Pero creo que al Hiervas le importa un pepino, lo que digamos y nos planto unas gambas a las 2:30 de la mañana.
No penséis mal, nosotros nos las comimos todas, como no podía ser de otra manera, estaban de vicio y fue precisamente el vicio, lo que hizo que nos acostáramos a las tantas, como me he alargado más de lo debido, en el próximo post termino mi viaje a Fuentes de Magaña.