LA FAMILIA

            El teléfono suena, a eso de las nueve y cuarto de la noche.

-         ¡Sí!

-         ¡Crisis de emergencia! –Me responde mi hermana al otro lado del teléfono.

-         ¿Qué pasa, a empeorado papa?

-         No sigue con fiebre y vomitando, pero sobrevive, pero la nevera a muerto.

-         Pues ya era hora, que mira que es fea la dichosa nevera, así mama se comprara por fin una nueva.

-         ¡Eso es lo que tú te crees! Quiere comprar una igual, para no tener que quitar el mueble de arriba, ya sabes la obsesión que le ha dado por no querer cambiar la cocina.

-         No me fastidies, si es una nevera mini, ella necesita un congelador en condiciones y una cocina en las mismas condiciones.

-         Sobre eso te quería hablar.

-         ¿Sobre congeladores o cocinas?

-         Sobre congeladores, el tema cocina la pone de los nervios y se le salen los ojos de las orbitas, a mi me acogota. Es sobre lo que mama te quiere llevar, para que lo guardes en tu congelador.

-         No creo que falte espacio, teniendo en cuenta la birria de congelador que tiene.

-         Pues entonces es que mama es muy mañosa, por que ya tiene dos bolsas reciclables llenas hasta arriba.

-         ¡Ostras, pues si que le caben cosas! Y ¿lo podido sacar sin usar el cuchillo de congelados? Por que una vez se congelan se expande.

-         Por eso no hay problema con lo bruta que es, lo saca a mordiscos si es necesario, así que hay te la mando, no la hables mucho, que echa chispas y hace un momento me pareció que la cabeza la daba una vueltecita.

-         Pues nada voy a hacer hueco, para que entre todo.

-         ¡Ostras como corre tu madre! – Lucero que me habla mirando por la ventana. -A la próxima maratón me la llevo.

-         Creo que mi madre es más de distancias cortas, sólo hay que mirarla los gemelos.

Mi madre llegó frustrada y mi lucero que la vio triste, le dijo que el tenía una nevera en el trabajo, que si quería se la traía, mientras compraba una e incluso que si le gustaba se la podía quedar, por que estaba nueva.

La pobre se vino arriba y dijo:

-         Ahora mismo te mando a tu suegro.

-         ¡Mama, si esta malo!

-         No importa ahora lo saco de la cama y que te acompañe a por la nevera.

-         ¡Mama! Que te lo vas a cargar que ya tiene una edad.

-         Cuando instalen la nevera que se acueste otra vez.

Y se fue corriendo a buscar a mi pobre padre.

Colgó el teléfono.

-         ¡Nena!

-         Dime, alguna novedad.

-         Hay va tu madre, como alma que persigue el diablo, a levantar a tu padre, para que valla a por la nevera.

-         ¿Qué nevera?

-         Una que tiene en la nave mi lucero.

-         ¡Papa! Ponte que te va a dar la risa.

-         No seas cabrita.

-         ¿Qué pasa? – Padre enfermito con gripe que contesta con un bocinazo.

-         Nada, que mama quiere que vayas a por una nevera.

-         Tu madre esta tonta, ¿De dónde va a sacar una nevera?

-         Mi lucero, tiene una en la nave, y la ha dicho …

-         ¡Di le que se ponga! – su voz era profunda y calmada, pero acogotaba.

Dice mi padre que te pongas Lucerillo.

-         No me que da miedo.

-         Cobarde siempre me toca a mí dar la cara. Papi. Si ya le hemos dicho que mejor mañana y os ayuda mi animalillo.

-         Nena, no te molestes, que tu padre a salido corriendo al baño, está echando el riñón

-         Que bruta eres, será el hígado.

-         No ese lo echo al salir de la cocina.

-         Espera que viene lo mejor, mama acaba de llegar y está discutiendo con papa.

-         Hay pobre que me da pena, dile que lo dejamos para mañana.

-         No, si papa, ya la ha mandado a Burgos.

-         ¿A Burgos?

-         Si a por morcillas, ¡lerda!.

Madre que se pone al teléfono y me dice que mañana será otro día.

            Diez minutos más tarde vuelve a sonar el teléfono.

 

-         ¡Sí, dígame!

-         Nena, no te lo vas a creer.

-         Que le ha levantado y van a por la nevera.

-         ¿Estáis sin luz?

-         No, que tu madre a producido un corto.

-         ¡Un corto! Y ¿Qué ha hecho ahora?

-         No si lo ha hecho antes con la nevera.

-         ¿Pero no decías que ha habido un fogonazo al abrirla?

-         Si, por que ha manipulado la bombilla, imagino que para no gastar y al abrirla a explotado, el automático a saltado y la nevera se ha apagado, fin de la historia.

-         Bueno pues ya me quedo más tranquila y ¿Tu padre como sigue?

-         Maldiciendo a tu madre, dice que esta se la guarda.

-         Menos mal que esta senil, ja, ja, ja, ja.

En fin que la calma ha vuelto a mi hogar. Las ganas, por que mira que estamos grillados.