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¡Con
un certificado! Nos decían orgullosas, ¡Firmado por el “Rey” y todo! ¡Yo como
si tengo que viajar a Marte! Darme un trabajo digno y un sueldo decente y déjate
de firmas, a no ser que sean en un cheque…
Me tocó sentarme al lado de un señor, parecía tranquilo y yo pensé
que me vendría bien para desacelerarme un poco.
Conforme pasaban los días, constaté que la tranquilidad, empezaba
a ser preocupante y mis nervios iban a peor, en ocasiones estaba como ausente,
a veces hablaba sin terminar las frases, todo muy raro, y para colmo seguía sin
saber encender el ordenador, intente ayudarle (Soy idiota de libro).
Al quinto día, mi querida Gemma, me dijo que pensaba que el señor,
estaba bajo los efectos de algún tranquilizante, del cual pienso pedirle la
receta o al final, abro la ventana y me tiro, pero seguí ayudándole.
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¿Cuál es la
clave?
- La de siempre, “Mañana”
- ¿Mañana, nos la dan?
- No, “mañana”, es la contraseña del usuario.
Lo pone justo encima de la casilla donde hay que escribirla, no ha cambiado en
los últimos 8 días.
- ¿Cómo abro Google?
- Como todos los días, dándole a este
logotipo.
- ¿Con qué?
- ¿Con qué, qué? – la paciencia tiene un
límite y yo estoy que fumo en pipa.
- ¿Con qué le doy?
Tu le miras y en esos momentos piensas, “este se come el ratón”,
pero te aguantas las ganas de mandarle “Un clickeo con la punta del capullo” y
contestas
-
¡Un
cliqueo del ratón, solete!

Día tras día, sigue preguntándome la contraseña y como se enciende
el ordenador. Y yo al punto de un ataque de nervios, ni respiración, ni leches.
Este termina con el teclado de peineta. Que es muy tonto para lo que quiere, en
vez de estar a la clase, me pone música del you tube, soy imbécil y este tío un
jeta, que empieza ha decirme cosas muy raras, que no me gustan.
De vez en cuando tira indirectas, de que debíamos quedar para ir
de marcha, nos hacemos las suecas, hasta que lo hace directamente con Gemma,
ella le dice que tiene planes y el no le gusta.
No se rinde y el martes, nos propone ir a tomar vinos, ¡A las 10 de la
mañana! en el descanso del curso, le decimos que no nos apetece, si nos
dormimos sobrias, en clase, imagínate en estado de embriaguez. Deja de hablar a
Gemma y yo no entiendo nada, empiezo a desconectar, por mi salud mental, ya muy
deteriorada. Tan pronto me trata bien y me agradece la ayuda, como me dice
cosas incoherentes.
Poco a poca la situación va siendo insostenible, cada vez que
hablo con alguna compañera, el tira lo que tiene en las manos, y empieza a
protestar, de forma agresiva, dice que le hago daño, quiere que le atienda sólo
a él, creo que está empezando a desvariar y yo ya no quiero estar a su lado.

Tercera semana, el muerto ha resucitado, pero sólo para tocar las narices, respiro hondo y cuento hasta cien, por que en cualquier momento lo estontono, me paso el día poniéndole en su sitio, por que creo que se piensa que soy de su propiedad, hablo con el profesor y le digo que se está pasando y que no lo voy a tolerar, tiro de carácter y planto cara, me da igual montar un espectáculo, si el profe no hace nada, lo hago yo.
Se supone que tomarían medidas, pero nada y el, intenta menos
preciarme constantemente, en cuanto sabe que estoy cerca y puedo oirlo, se mete
conmigo por mis conocimientos, como si ser una mujer inteligente fuera un
delito, esté es imbécil y la impresentable que le queda como amiga, más, por
consentir que se menosprecie a una mujer sólo por su nivel intelectual.

Cuarta semana, estoy a punto de tomar ansiolíticos, o al gilipollas este le enchufan en algún lado y conecta con la tierra o cometo un compañericidio (no sé, si existe la palabra, pero llegados al extremo, me la trae al pairo)
En una excursión intenta hacernos fotos a escondidas, el profe le
pilla y no dice ni hace nada, creo que le tiene miedo y no me extraña.
La cosa fue a peor y por muy buen humor que le quiera poner a esto, no me sale, es la primera vez en mi vida que un cromañón como este se cruza en mi camino, y yo no sabía como actuar, sobre todo cuando llegó a agredirme, dándome un manotazo, por coger la lista para firmar, el profesor lo vio y le puso fino, llegó un momento que incluso se puso delante de mí, porque tuvo miedo, paso el expediente a la Agencia, pero nadie hizo nada.
El profe lo sabía, la
Agencia para el empleo lo sabía, le amenazaron con
suspenderle, como si eso fuera un castigo ¡Si no hacía los exámenes!
Tarde en darme cuenta de lo que pasaba, porque pensé que por tener
47 años, no era una mujer que llamara la atención de nadie y menos de un
acosador, pero resulta que estos impresentables están en todos lados, no
necesitan nada, van de personas débiles que necesitan ayuda y poco a poco te
intentan alejar de todo y de todos, como si fueras de su propiedad. Así que
cuidado chicas, con los lobos con piel de cordero, o con pensar que no sois lo
suficientemente atractivas.

CELEBREMOS MUCHOS 8 DE MARZOS, POR QUE PARECE QUE ALGUNOS JUECES
NO SE ENTERAN, LUCHEMOS POR QUITARNOS DE
ENCIMA A NECIOS PICHAS FLOJAS INCAPACES DE VER MÁS ALLÁ, DE SU MIRADA DE
CROMAÑON Y SALGAMOS A LA CALLE, CADA VEZ QUE ALGUNA DE NUESTRA MANADA, NECESITE
DE NUESTO APOYO, FIRME HE INCONDICIONAL.
¡Que agustito me he quedado!