Doce de la mañana y voy camino al supér que
no he parado.
Hija
que me llama por teléfono y lo cojo cruzando los dedos que, ¿no sé por qué?,
estoy en racha.
—¿Qué te pasa, hija?
—¿Estás disponible?
—Depende de para qué.
—Necesito la receta de lentejas.
Le
doy la receta por enésima vez, que no sé como no se la ha memorizado y por si
acaso, le llevo avituallamiento no se le quemen o algo.
Como
vive a un par de calles, salgo del súper y me voy directa a su casa para
llevarle lo que he comprado.
—¡Mama! ¿Tú crees que las he echado
mucho agua?—Me pregunta cuando estoy entrando.
Entro
en la cocina, miro la olla de ocho comensales y está rebosando.
—¿Cuántas lentejas has echado? —Preguntó preocupada.
—Tres o cuatro puñaditos.
Que
yo miro la mano y miro la olla y la relación no aparecía por ningún lado.
—¿En qué momento de la receta, te he dicho que las ahoguaras?
—Es qué la última vez me quedaron espesa.
—¿Y con esta olla quieres compensarlas? —Le preguntó preocupada, tenía todas mis esperanzas en ella, que el otro es muy listo pero no se le nota nada.
Hija
que me mira y dice: —Pues en medio hora tengo que estar
comiendo que, si no, no llego al trabajo.
Las
pruebo y disimulo el mal trago:—Quizás necesiten algo más de sal, de especias o de todo lo que tengas a mano.
—¿Están sosas?
—Si estuvieran sosas, se podría
hacer algo, pero he probado agua con más sabor y sustancia que este caldo.
—Tengo caldo del pollo en la nevera,
podría potenciarlo.
La miro y no me lo puedo creer. Todavía cree que necesita más caldo. Ella se da cuenta y rectifica.
—Mojamos pan y listo.
—Ni haciendo sopitas con toda la
barra, chupa este caldo.
—¿Y qué hago?
Sacó
la mitad del caldo y lo reduzco en otra cacerola mientras en la otra olla echamos
arroz, sal y todo lo que encontramos.
—A unas malas me hago puré.
La hora se echaba encima y metió la batidora sin pensarlo. Más
que puré, resultó un licuado, aunque conseguimos que aquel caldo recordara a unas lentejas, pero de las de rancho.
Tendrá que aprender con la práctica. Un beso
ResponderEliminarEso seguro, como todos, ja ja ja
EliminarJajajaj, me he reído a carcajadas.
ResponderEliminarY yo, pero después que en el momento no sabía ni por donde coger esa cacerola. Ja ja ja
EliminarHola
ResponderEliminarNadie nace sabiendo, mis primeras lentejas siempre me quedaban espesas, ahora calculo bien la cantidad de agua, y se le agrego otras verduras, aunque últimamente hago lentejas, pero término haciéndola crema en la batidora, quedan muy sabrosas.
Muy buen texto...
saludos
Las lentejas son un poco puñeteras, y cuesta mucho cogerle el tranquillo, pero estan muy buenas y la crema de lentejas me encanta.
EliminarUn saludo.