¿Alguien sabe cuánto te cae por matar a un vecino? Y si ¿te
cae lo mismo por matar a varios a la vez?
Sí, me
consta que presumí de ser la pacifista de la familia, que según mi hermana me
vine arriba, porque dice que la pacifista es ella.
Discrepancias aparte, en está mi
comunidad, ser pacifista es una prueba difícil de superar, ya me hubiera
gustado a mí, ver a Gandhi con un vecino como La Paca y el Paparazzi,
diciéndoles eso de “ojo por ojo y todo el mundo ciego” o eso otro de “Ante las
injusticias y adversidades de la vida ¡Calma!”
¡Calma! Ni veinte Diazepanes
harían efecto, ante tanto mendrugo suelto. No te cuento ya el empacho, si lo
intentas con valeriana, tila, pasiflora y demás, se nota que lo he probado
¿verdad?
Os pongo en antecedentes.
Reunión de vecinos de mayo de
2014, La Paca, Saturnina y Dulce, solicitan la poda de los árboles que adornan
la periferia de descampado que tenemos por jardín, como ellas lo llaman.
Quedando aprobado por todos los vecinos.
Una fría tarde de invierno de
2014, nuestro jardinero más persistente, ya que vamos a jardinero por trabajo
realizado (a esta troupe no hay jardinero que se le resista), procedía a
retirar las ramas de los árboles podados, cuando el novio de La Dulce un
sexagenario apodado “El legionario”. Le monta un gira-gay de no te menees.
El vicepresi y yo salimos al oír
los gritos, el legionario, venía de la cantina (lo que viene siendo el bar de
enfrente) y decide que han matado a los arbolitos con la poda y eso que es
jardinero de parques y jardines del ayuntamiento.
Por más que el pobre jardinero
(ahora entendéis por que duran tan poco) le explicaba que no, él, empecinado en
que sí. Llega la de Cuenca, el legionario se bate en retirada y yo que me temo
lo peor.
Agosto de 2015, el ayuntamiento
tiene a bien multarnos por podar los árboles.
Me persono en el ayuntamiento porque
teníamos todos los permisos en regla, y ¿a qué no sabéis quien era los
denunciantes? Sí, amigos míos, La Paca, Dulce, Saturnina y Barbi, por lo visto,
el legionario la convenció de que los árboles iban a morir.
A todo esto los dichosos
arbolitos, en su máximo esplendor, que manera de crecer las ramas a diestro y
siniestro.
Entre recurso y recurso, con un
book fotográfico, que ríete tú de Steve Winter y compañía, mostrando el
esplendor de los arbolitos, el ayuntamiento empeñado en cobrar. Difícil lo
tenía, ya que el encargado del informe que dio pie a la multa, era el jefe
del legionario y aunque en todo este
tiempo le ha dado tiempo hasta jubilarse al bicho, en cuanto lo supe, me di por
multada, aunque fuera por lo mínimo, que es como fue 9 meses más tarde.
Un día La Paca y la hija de Saturnina, se me
planta en la puerta.
-
¡Tienes que parar la llegada de los nuevos
vecinos!
-
¿Qué vecinos? – Qué pensé pa mis adentros ¡ya
estamos otra vez!, la última tiramos una rampa de hormigón a pico y pala, por
no saber que era una residencia de ancianos lo que iban a poner.
-
¡Los de la residencia!
-
Es su casa, no podemos hacer nada.
-
¡La han alquilado a una ONG!
-
¡Mira tú que delito! – No me podía creer lo que
estaba oyendo, aunque con lo que oigo normalmente, no sé cómo no estoy curada
de espanto.
-
¡Es que lo van a convertir en centro de
reinserción de personas con problemas mentales!
-
¡Mira que bien nos va a venir! ¿y habrá
psiquiatra? – porque yo lo iba a necesitar, seguro. La reinserción, después del
asesinato y al psiquiatra, si no los asesino.
-
¡No! Los van a dejar solos, es por ello que hay
que impedirlo. – A lo que yo pensé, si los pobres van a pasar inadvertidos,
entre tanto tarao.
-
Lo siento señoras, pero mientras en esa casa no
hagan nada nocivo o peligroso, mucho me temo que no tenemos ninguna potestad,
para impedir que le alquilen el piso a quien les venga en gana. – Todo esto por
ser fina.
-
¡Pues vaya! Entonces ¿Para qué estás?
-
Para recurrir todas las denuncias que os
dedicáis a poner ¡bonitas! Así que como
ya tenéis práctica, si queréis denunciar a esa pobre gente, lo hacéis vosotras,
pero en vuestro nombre. – ¡Ea! Me quedé de un a gusto, que seguro que me ahorro
un mes de terapia.
Se fueron refunfuñando y después
de la que liaron ahora me dicen que les molesta uno de los árboles, porque es
muy sucio y que por qué no lo talamos.
¿Es o
no es para cometer un delito grave?
PD: Los nuevos vecinos, son cariñosos, educadísimos y muy cordiales.
Por lo visto este es el último paso de su cura, por pasar un
bache en su vida y poder volver con fuerza, a este manicomio global que tenemos
por mundo.