Andaba yo atacando los cristales con el pulverizador en mano y bayeta en la otra, cuando comencé a oír unas voces que me eran bastante familiares, fije mis ojos al otro lado de la calle, donde divise el patio de enfrente, lugar donde viven mis apreciados padres, hasta ese preciso momento, cuando vi a mi madre gritando desde el portal y a mi padre respondiéndoles desde la ventana de arriba del mismo.
- ¡Me oyes!
- ¡Pues claro!
- Pero no ves que tienes la ventana abierta.
- No importa, si tengo que oirte por el telefonillo.
- ¡Me oyes ahora!
- Sí
- ¡Contra, quieres cerrar la ventana de una vez cenutrio! – Vuelve a pulsar el telefonillo y a decir - ¡Me oyes ahora!
- Pues claro.
- ¿Pero has cerrado la puerta del descansillo?
- ¡No!
- ¡Pues ciérrala!
- ¡Pues cierra tú la del portal!.
Mi madre vuelve a pulsar y nada un silencio se produce y mi padre aparece en la ventana
- ¡Pero chica le quieres dar al botón de una vez!
- Si le estoy dando, ¿es que no lo oyes?
- ¡Pues NO!
- ¿Pruebo otra vez?
- ¡Vale!
Vuelve a apretar el telefonillo y nada
- ¡Chico quieres abrir!
En esto que pasa una vecina.
- ¿Qué té pasa?
- El bobo de mi marido, que no me abre.
- Pues llama al telefonillo.
- Si es que no funciona.
- Por eso no te abre.
- No me abre por que es tonto de narices, que llevo media hora probando y el muy animal, sigue esperando que suene.
En esto que se vuelve a asomar.
- ¿Pero ya has llamado?
- Pues caro que he llamado ¿quieres abrir de una vez la puerta? ¡Que esto no funciona y estoy harta de hacer el ridículo!
- ¡Voy!
Un ratito después, mi madre a gritos igualito que Pedro Picapiedra le decía eso de:
- ¡Ábreme la puerta desgracioooooooooo!.
Y mi padre que se asomaba con cara de inocente y le decía.
- Si lo estoy haciendo.
- Pero no ves que el telefonillo está roto, quieres bajar a abrirme
- ¡Jolín, como te pones!
- ¿Qué como me pongo?
- Si mujer, que esto lleva un procedimiento.
- Y el desarrollo del cerebro y mira el tuyo con 68 años y todavía sin desarrollar.
En fin que me quedé sin atónita, sin palabras y pensando.
¡MADRE MIA!