23 oct 2009

ESOS LOCOS BAJITOS, EMPIEZAN A CRECER

Hoy andaba yo a toda prisa arreglándome para llegar al trabajo, mientras mi hijo preadolescente veía una película tumbado en el sofá, al final de la misma me dice


-¡Mama!

- Dime, que tengo prisa.

- No entiendo bien por que en la película sale el señor de pelo blanco.

- ¿Qué película, estas viendo?

- El señor de los anillos.

-¿Qué parte?

- La Tercera.

- ¿Ya has visto la primera?

- No, es que las voy a verlas al revés, que así veo más guerras.

Llegado este momento no sabes si irte a trabajar o buscar el teléfono de algún especialista en la materia, que visto lo visto y más que no cuento se me hacia más que necesario.

Sí es verdad que mi hijo preadolescente es muy especial, nació así, ya de pequeñito apuntaba maneras. Un preciosos día de verano, en que yo acaba de pintar todo el pasillo, el niño rotulador en mano, con apenas dos añitos iba apoyado en la pared dejando a la altura de sesenta centímetros exactos, una escalera dibujada en la pared recién pintada.,

En esos momentos no sabes si reír o llorar mientras vuelves a sacar todos los artilugios de pintura.

Imborrables son aquellos días en los que tú intentabas que el niño aprendiera el abecedario jugando al veo, veo.

- Veo,Veo.

- ¿Qué ves?

- Una cosita

- ¿Y que cosita es?

- Empieza por Mí.

Y tu subconsciente piensa, migraña la que me va a dar con el dichoso jueguecito.

- Tesoro, dame alguna pista.

- No, que lo adivinas.

- Es que no se me ocurre nada.

- ¡Jo, Mama! Pues que va ser, Mi bitación.

- Mi vidita, no valen lo artículos, sólo las palabras.

- pues entonces empieza por Bi.

Después de decir tropecientas palabras que empezaban por Bi le dije – me rindo- y el contesto.

- Bitación, mama si esta claro.

Después de aquello y algunos palabros más, como fiores, gomimolas, etc, decidimos que había llegado el momento de visitar al logopeda, por el bien de la salud mental de la familia.



También están esos momentos en los que el niño se niega a comer por sistema y tu le obligas, aprovechando cuando berrea, que es normalmente cuando más habré la boca para meterle la cuchara de yogurt, y a la segunda a punto de echártelo todo encima, tú decides escuchar algo de de lo que el niño está diciendo y hacerle caso es entonces cuando pruebas lo que le estas atizando al niño y descubres que en vez de azúcar, le has metido dos cucharaditas colmaditas de sal al yogurt que le estas obligando a comer al pobre crio.



Luego estaba el sentido de orientación del niño cuando contaba con a penas tres añitos, íbamos paseando por el paseo marítimo de Benidor mientras comíamos un helado y de repente el niño desapareció, nos volvimos locos buscándolo sin resultado alguno, hasta que después de cinco minutos, uno de nuestros amigos miro detrás de la palmera más enorme de todo el paseo, el niño despanzurrando en el suelo, con los restos del cucurucho en la mano, nos confesaba gimoteando que no la había visto.

El oculista dijo que no tenía problema alguno, pero yo no me saltó ninguna revisión y el niño no deja de comerse farolas, señales de tráfico y demás.

Sin embargo la niña era diferente, su grado de inteligencia a veces me preocupaba, recuerdo que con seis añitos un día llego del colegio, y le dijo a su padre.

- Papa, tú regañarías a una niña que no ha hecho nada.

- No cariño, si no has hecho nada, ¿por qué te iba a regañar?

- ¡Vale!, por que no he hecho la tarea y la profe me ha puesto una notita.

Te quedas de piedra y la niña aprovechando la coyuntura se queda sin castigo.



Ahora es mucho peor, la niña llegó la semana pasada diciendo que se había echado novio.

-¿quién es mi niña?

- ¡Hugo!

- ¿Hugo? (¡Por Dios!, -si todavía recuerdo cuando iban a la guardería y el la decía lo de jugamos a los príncipes y princesas, pues bien tírate el suelo te desmayas y yo te doy un morreo para despertarte)

- Pero Mi niña y no lo hay menos macarra.

- Mama, si es muy majo.

- Si pero macarra, muy macarra, por no decir un pelíng cabezón, - pensándolo mejor- Tú no sales hoy al patio.

- Mama, si no me voy a casar con el.

- Pues solo bastaba, de todos modos no sales.

- Venga va que lo dejo- y cierra la puerta saliendo a jugar.

Me volví a mi maridito y le dije.

- Amor mira el lado positivo los consuegros son amigos, desde hace muchos años, y viven a tres metros de distancia, siempre sabremos donde irla a buscar.

La verdad es que miras a tras y parece que fue ayer, cuando mi enano cogía, las abejas con las manos, clavándose el aguijón el solito y es escondía las lagartijas en el bolsillo del pantalón, que levantaba las piedras de todo el patio y había que ver a las vecinas perseguir al niño, para que volviera a dejarlas en su sitio.

En fin creo que me queda mucho de pasar y mucho más de padecer.

Solo espero que se independicen a temprana edad, que una ya no esta para trotes.

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