La noche llegaba
y con ella nosotros entrabamos en el camping para pasar la noche, un lugar
tremendamente agradable cercano a la kasbah, donde ya teníamos preparada una
agradable cena junto a la piscina ¡Más majos!
DAVID GUÍA Y CULPABLE DE ESTE INCREÍBLE VIAJE |
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¡Chicos, ya podéis disfrutar y relajaros! Hay
piscina para el que le apetezca un chapuzón antes de la cena. – Hasta aquí
bien, pero prosiguió con la misma alegría y sonrisa embaucadora, como el que no
quiere la cosa.
-
¡Ha, por cierto! No dejéis las zapatillas en la
entrada de la auto y mirar bien por donde pisáis, hay que tener mucho cuidado.
La zona está llena de serpientes venenosas y escorpiones, no vayamos a tener un
disgusto que termine en tragedia. ¡Venga a disfrutar! – Y se quedó tan ancho, como
si fuera equiparable disfrutar de la piscina a morir por la picadura de un
animal venenoso.
En ese momento, Marisa me miro
entre incrédula y acojonada, aunque sin perder su contagioso buen humor, para
decirme en tono solemne.
MARISA |
-
¡A disfrutar dice el tío! Qué nos relajemos ¿Qué
vamos a disfrutar? Si, a poco que nos descuidemos, nos envenena un bicho y lo
que es peor, en el botiquín no tengo antídoto y aunque dicen que el ibuprofeno
vale para todo, yo no lo termino de visualizar.
Su elocuente ironía, hizo que Antonio
y yo estalláramos en risas y termináramos con dolor de barriga y guardando las
zapatillas a buen recaudo, no fuera a ser que no llegáramos a la cena.
A eso de pasadas las doce el
trauma había desaparecido por completo y andábamos como peces en el agua en
chanclas, ahí arriesgando. Andábamos tan contentos, que no necesitábamos ni las
linternas para movernos por la oscuridad. Es más, si se nos cruza un escorpión
y sólo con echarle el aliento le hubiéramos dejamos seco. Es lo que tiene cenar
con un buen vino. Te vienes arriba y te da por buscar serpientes a ver si
tienen escamas para atacarte.
A la mañana siguiente te levantas
y te preguntas, si no sería buena idea dejar el alcohol, mientras sigas viva. Por
cierto, a día de hoy sigo mi investigación, dónde demonios guardaban esta
gente, tanto vino y licores variados.
Después del descanso, sin bajas
en las filas. Va a ser que no nos quieren ni los bichos, a eso de las ocho y
media estábamos preparándonos para nuestro nuevo destino.
SOLE, M\ª JOSE, TOMÁS, TOÑO, BORJA UNO DE NUESTRO FOTOGRAFOR Y M ª ÁNGELES. |
En Ouarzazate donde visitamos una famosa Kasbah Taourirt. En este caso, nos la mostró una mujer guía, con más paciencia que el “santo Job” Aprovechando su buena disposición para contestar a nuestras preguntas, no paramos de interrogarla. El tema de la mujer en Marruecos nos producía un montón de curiosidad y ella fue un encanto contestándonos a todo, incluso a las preguntas políticamente incorrectas, dándonos una visión, más amplia de la vida de la mujer en este país.
Además del interrogatorio, nos
mostró y nos introdujo en la historia de está Kasbah, una de las mejor conservadas
del Atlas y en la que se han rodado multitud de películas.
Terminamos la visita y volvimos a
emprender la marcha para llegar a nuestro nuevo destino. De camino, pudimos
observar cómo se notaba que el pueblo estaba regado por el dinero del cine. Los
bancos se amontonaban a los lados de las calles principales, con su asfalto
casi a estrenar y sus aceras empedraditas y todo. Los edificios parecían recién
inaugurados, nada que ver con otros pueblos por los que habíamos pasado, en los
cuales, la diferencia entre acera y carretera se delimitan, por las huellas que
dejan los vehículos en la tierra.
También hay que tener en cuenta
la intervención de la picaresca ya que nos pudimos encontrar multitud de casas
que aparentemente estaban en construcción y que contrarrestaban las magníficas
e impolutas edificaciones que acabábamos de pasar. La realidad no era otra que
un simple espejismo o truco. Realmente su interior era de lo más confortable,
pero como solo se pagan impuestos cuando la casa está completamente terminada,
al dejarlas como si estuvieran en obras, se libran de pagar este impuesto.
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