Cuando en
mi presentación puse eso de “Desastrosa y sin remedio”, aquellos que no me
conocen, pensaron, “¡que exagerada!”. Basta con pasar un día con migo, para
darse cuenta de que me he quedado corta, y de verdad que no lo hago a
propósito, que me sale de forma natural e innata.
Hace un par
de meses os conté mis desventuras con los señores del Canal de Isabel II y el
dichoso contador de bomberos. Pues bien, los del garaje de al lado me dijeron
que a ellos no les habían puesto impedimentos. No os podéis imaginar el cabreo
que me pille, mi indignación creció como la mala hierva, si pillo al inspector en
ese momento me lo meriendo, pero no, mi cerebrito, que no para hizo que me
pusiera a escribir. Hablé de “Los posibles intereses del inspector en la
realización de las obras” ya que en el resto de garajes de la comunidad no se
habían llevado a cabo y un montón de cosas más, como el agravio comparativo, la
indefensión del pobre usuario y un millón de despropósitos más.
Una vez que el Presi leyó
semejante panfleto reivindicativo y revolucionario, dejando al mismísimo Fidel,
a la altura de un aprendiz, sólo me aconsejo resumir, a lo que yo muy digna le
dije, -¡Que se fastidien, total para el caso que van a hacerme!
Dos meses después recibo una
carta del canal, en la que me comunican que a pesar de que la normativa es
clara y habría que realizar la obra, las circunstancias excepcionales hacen que
nos vayan a poner el contador en breve.
Yo con lagrimas en los ojos y
sin poderlo creer, llamo al Canal, para facilitar los datos y facturen, pero el
individuo que me contesta, me dice que no sabe de que le hablo, que el
expediente está caducado y que nanai de la China.
Me da otro brote y llamo al
Presi, el cual al ver que estoy dasataita y al borde de un ataque de nervios,
me dice que el llama por la mañana, que tranquila, pero que le vaya facilitando
las cosas, que haga fotos a los contadores y prepare documentos.
A la mañana siguiente dispuesta
ha hacer justicia, móvil en mano, me doy cuenta de que efectivamente, de los
tres contadores, sólo el nuestro tiene la entrada por la izquierda y me doy
cuenta de que la he liado parda, sin motivo.
Es,
en esos momentos en los que me digo, Odry, por que no piensas antes de actuar, momento que es interrumpido por el Presi, que pletórico
como un niño con Consola, me dice:
-
Odry.
-
Dime, majo.
-
He hablado con los del Canal y no
te lo vas a creer, que la carta es clara, que nos lo ponen.
-
No me fastidies. Tú tampoco te lo
vas a creer, pero nuestro contador es el único con la entrada por la izquierda.
- ¡ No me jodas!.
-
Te mando las fotos
-
Pues me han dicho que ya
concertaran la fecha de visita.
-
Pues como vengan, nos meten el
contador por salvase la parte, por cabezones.
-
NO mujer, vamos a hacer como que
no sabemos nada, haber si cuela.
-
Como manden al mismo inspector, lo
que va a colarme, va a ser una guanta con toda la mano abierta, después de cómo
le he puesto.
-
Tranquila que todo se arreglará.
-
Eso espero por que además de gafe,
tengo una puntería para meter la pata.
Así que en estos momentos, sólo
pienso, en por que demonios soy tan reivindicativa y revolucionaria y en el
momento en que se presenten los del Canal y me estrangulen por bocazas.