Creo que mi último post, puede llamar a error y debo subsanarlo, antes de que penséis, peor de mi, que yo misma.
Se que he dicho que echo las cartas, las del mus, son las que me mejor se me dan, pero bromas aparte, no quiero que penséis que soy una persona docta en la materia de ciencias ocultas, entre otras cosas, por que no tengo ni pajolera de idea del asunto y para aclararos las ideas, nada mejor que os cuente una sesión de cartas en casa después de una comidita con amigos.
Normalmente cuando invito a mis amigos a comer o cenar, siempre me preguntan.
- La comida ¿Con o sin espectáculo?
Esto los guasones me lo dicen, por los espectáculos que da Manuela de vez en cuando, es como los del circo, pero en vez de ir pueblo, por pueblo, va puerta, por puerta, claro superar a Manuela es una tarea ardua, casi misión imposible, es aquí donde entro lo de las cartas.
Irma con su Inti, un amigo cubano encantador Tin y Vicent, un pintor, El pobre, se pasa la vida diciéndome que me enseña en cuanto yo quiera cada vez que mira los cuadros que yo pinto (si por que también pinto, y antes de que penséis que soy vomitiva por hacer de todo, deciros que todo lo hago igual de mal, con lo cual no cuenta)
Después de una espantosa paella, a mi me encanta invitar a gente a casa, por que me gusta cocinar, eso no significa que lo haga bien, vamos a engañarnos, nos relajábamos tomando un café y su copita y fue cuando mi amiga la Irma, guasona ella incluso pachucha, la pobre que estaba tumbadita en un sofá arropada con una mantita, por que le tocaba su día malo y encima casi la enveneno con la paella, me dijo que sacara el tarot.
Yo persona dispuesta donde las halla, prepare la sesión, saco la baraja, pongo un mantelito, saco el libro del tarot, si me han leído bien, el libro.
¿Cómo piensan ustedes que las echaba? ¡Ni que fuera una profesional!
Tenían que haber visto la cara de los cuatro, cuando vieron el libro, el pobre de Tin, miraba como si no se lo pudiera creer y ya hubo un valiente vicent, que pregunto:
- Eso es parte de la sesión, me refiero que te da energía y eso ¿No?
- ¡No! Esto es que cuando saco las cartas, leo lo que significa.
El cachondeo, os lo podéis imaginar, lo hubo, los muy groseros no disimularon nada, se descojonaban de risa tirados por el suelo.
La verdad es que no afecto a mi profesionalidad, por que no la tengo, pero me dolió un poquito la falta de confianza en mis aptitudes, que tampoco tengo.
En fin, que muy profesional, pregunté:
- Quien va a ser el primero.
- Vicent, dijo el cubano, con lágrimas en los ojos de tanta guasa.
Que pensé yo el próximo día te doy unos callos y ya veras como no te quedan ganas de cachondeo, es que no los he cocinado nunca, si la paella, comida que práctico con mis pobres preadolescente me sale así, los callos, debe ser palabras mayores.
Me puse manos a la obra, sentada como una geisha ante la mesa de café, le dije.
- No quiero que me digas nada, para que veas lo buena que soy.- No me lo creía ni yo, pero me han dicho que si actúas con confianza, las cosas salen bien.
Comencé la sesión, Vicent barajo las cartas, corto la baraja y yo comencé a mirar el libro.
Como lo que leía no me era fácil de explicar, le pregunte:
- ¿Quieres que te hable de amor?
- ¿Por qué?
- Por que lo que estoy viendo, tiene mucho que ver con ello, pero no se si a ti te apetece que se sepa.
- Si, si no hay problema.
- Me sale que estas con una chica, la atracción sexual es muy fuerte, pero creo que te engaña- esto último lo dije en voz muy bajita, acercándome lo máximo posible, para que el resto no lo oyera.
- ¿Qué dices?
- Creo que te engaña- lo decía muy bajito y todos se inclinaron hacia mí.
- No te entiendo.
- No se si puedo decirlo en alto.
- Dilo, que no pasa nada
- Pues puede ser que sea un peling pendón y que tenga otro.
- ¡Pues toma claro!
- ¡Claro! será para ti.
- No mujer, es que está casada.
- Ya lo podías haber dicho guapo.
- Me has dicho que no querías saber nada, pero sigue, que pareces hasta buena. ¿A ver como va a salir la cosa?
- Pues mal, por que te quiere enganchar, -lo creáis o no, dos meses después la dejo, por que le intento engañarle diciendo que esperaba un hijo suyo, curiosamente lo perdió enseguidita.
- ¿Puedo preguntar por otra?
- Si, claro.- podéis imaginaros el resto, no quitaba ojo al asunto.
- Pues si, estas saliendo con dos chicas a la vez, ahora entiendo tanto cuerno en la tirada anterior, esta es la de toda la vida ¿verdad?
- Si, como ves la cosa.
- Pues bien, pero a esta la engañas tú, y no con la anterior.
Se hizo el silencio, todos miraban como interrogándole y el muy natural, como la vida misma.
- Bueno si, hay otra, ¿Me puedes echar otra tiradita a ver que tal?
- Vamos, hijo, con lo poquita cosa que eres y lo que te cunde.
- Toma, ya está badajeadas.
- Está la acabas de conocer, a lo mejor por eso, es la que más te pone, no lo tienes claro, y te estas valiendo de una amiga en común, para conseguirla.
- Tía, ere muy buena.
- PA que dudéis del libro, ¿Quién es el siguiente?
La verdad es que ninguno quería que se las echara, después de ver como salían amantes a Vicent, creo que más de uno, quería dejar sus trapitos sin lavar.
- Venga, a ver si me voy a poner buena.
- Esa es mi Irma, mira que eres valiente jodia.
A Irma le salio un problema con los huesos, que nadie entendió, la pobre debió pensar que no daba una, por que la estaban tratando de otras cosas, pero curiosidades de la vida unos meses más tarde la tuvieron que operar la espalda.
Con esto no quiero que penséis, ni por asomo, que soy infalible, ni siquiera se muchas veces lo que dicen, he interpreto a mi bola o leyendo el libro, es una casualidad y como tal yo la tengo, una anécdota divertida, no soy ni bruja, ni experta en tarot, ni nada, sólo maruja hiperactiva, con ganas de descubrir todo lo que se me pone a tiro, cotilla por naturaleza, vamos nada serio.