Ante la multitud de peticiones, sobre historias de bomberos que me habéis hecho, me veo en la obligación de contar una, de ante mano os digo que esta basada en hechos reales, con lo cual y muy a mi pesar, no hay sexo.
Siento la decepción, que he podido causar por este pequeño matiz, pero hay más, para mi desgracia, ni siquiera me ocurrió a mí, ¡una pena!
Era una preciosa tarde verano, de esas en las que el canto de las chicharras, se mezclan con el balanceo de las espigas silvestres, los colores ocres y arenas, se mimetizan en el paisaje salpicados por algún arbustillo verdoso que resiste al sol, verano tras verano, desafiante y orgulloso, en medio de tanto rastrojo.
En esas estaba mi querida Presi, paseando a su perro, un precioso pastor alemán, cuando cerca del parque, diviso un pequeño fuego.
Insegura sobre que hacer si llamar a los bomberos o no, se debatió durante un largo rato, rato en el que el fuego parecía seguir alimentándose en busca de mejor material, pero las dudas cesaron ante el temor de que aquello pasara a mayores y un pequeño fuego terminara cargándose, nuestro precioso y ahora ampliado parque.
Se armó de valor y copio el teléfono, explico que el fuego era pequeño y que lo mismo no merecía la pena, pero que temía pudiera arrasar el parque, no ahorro detalles, en pos de que cuando llegaran los bomberos no pensaran que estaba majareta.
Y los bomberos llegaron, flamantes en su vehículo rojo vivo, con sirenas que rompían el silencio de la calurosa tarde.
La presi se quedo perpleja, donde leñe iban, con esa escandalera, que no iba a quedar un vecino que no se enterara.
- ¿Ha llamado usted señora?
- Sí, he sido yo, pero ya he dicho cuando he llamado que era un fuego pequeño.
- No se preocupe, es por prevención, a propósito ¿Dónde esta el fuego?
- Bajando la carretera en dirección al parque, pero es pequeño. – La pobre repetía constantemente que era pequeño, como diciendo, ¿Quién me manda a mí, ser tan buena ciudadana y preocuparme por todo?
- Será mejor que nos acompañe.
Hubiera pagado por ver como se le desencajaba la cara a la pobre.
- Voy andando y me siguen.
- ¡No mujer! Monte con nosotros. – abrieron la puerta del camión y la hicieron un gesto para que subiera.
Tímida por naturaleza, me la imagino con sus mejillas coloreadas de tal modo que sus pecas se mimetizaran bajo el rojo fuego de la piel.
En un primer intento por llegar al asiento del camión, dicho sea de paso de altura considerable exclamo.
- ¡Pues va a ser que no me llega el vaquero!
- No se preocupe que la ayudamos.
Como está historia no está muy contrastada, ya que me la recordó súper Be, hace unos días, por que yo tenía previsto contar nuestro encuentro con el misterioso enano, que por cierto, pasó inadvertido en el anterior post(tenía que soltarlo) y dado que esta historia a sido en base a las peticiones sobre bomberos, tan clamorosas, que deje al pobre enano para mejor ocasión, me faltan algunos pequeños detalles o grandes según se miren, dadas las dimensiones de las mangueras, no me entendáis mal, de las que llevaba el camión.
En fin que me disperso, una vez La presi estaba metidita en un camión y rodeadita de bomberos, siendo la envidia de todas las vecinas de la localidad, les indicó el camino, según ella muerta de la vergüenza mientras recorrían los escasos cien metros que separaban nuestra pequeña comunidad de la fogata o rastrojos que no se si ni siquiera llegaron a tiempo.
Según la Presi, los bomberos fueron encantadores, soplaron la fogata, por si brotaban rescoldos y se marcharon
La presi se sonroja sólo de recordarlo, no se si por la vergüenza de ver que el fuego era una birria o por el momento estrella de verse rodeadita de bomberos uniformaditos y muy majos (esto va todo de mi cosecha, haciendo uso de la descripción literaria, que todavía manejo fatal)
Puede que a esta historia le falte imaginación y que mi mente calenturienta hubiera dado matices muy diferentes de ser historia propia y no prestada, pero La presi, mujer fiel y bien casada con su Taxista bastante tiene con ser el objeto de mis historias más recientes, como para que encima, le invente líos y es que al final me va a prohibir el mencionarla.
Un saludillo Presi, desde el cariño.