Aunque la historia que os voy a contar os parezca un chiste, os garantizo que esta basada en hechos reales, como la vida misma, me la ha contado mi amiga Pupi y da fe de que su familia es diferente, además ella estuvo metidita en todo el fregao.
Era una noche de verano en el que brillaban las estrellas, en la carretera un coche que cruzaba cual caballo galopante los campos de Guipúzcoa brillando bajo la luz de la luna.
Iban a poca velocidad, por que para que negarlo, iban cargaditos y no sólo me refiero a la cantidad de gente que iba en el coche, siete para ser exactos, si no por la cantidad de txacoli que habían ingerido y no me extraña, por que mira que entra bien y esta bueno el dichoso vino.
A lo lejos el conductor divisó unas luces centelleantes, en un principio pensó que se trataba de algún bar de carretera, pero según se iba acercando iba confirmando sus más dolorosas sospechas, se trataba de un control de alcoholemia, en esos momentos y debido seguramente a la cantidad de alcohol ingerida no se le ocurrió otra cosa que intentar apartarse de la carretera, para evitarlo.
El alcohol es lo que tiene, hace que pensemos que lo muy complicado parezca fácil y es así como el conductor dio un volantazo para meterse en el campo, de labranza para más INRI y terminar volcando al no calcular la altura del terraplén que lo separaba de la carretera.
Lo primero que hizo el conductor es preguntar si todos estaban bien, viendo que no había heridos graves, si no sólo magullados, se dio cuenta de que la policía que había visto desaparecer el coche, se acercaba para comprobar que era lo que había pasado, lo único que se le ocurrió fue decir:
- ¡Los dos que estén en mejor estado que salgan de coche, rápido que viene la poli!
Así lo hicieron salieron del coche justo antes de que la policía llegara y cuando está apareció, comenzó por ver si había heridos, una vez todos fueran del coche, la policía que no es tonta les pregunto:
- ¿Iban ustedes 7 en el coche? ¿Verdad?
- No señor policía, nosotros dentro del coche sólo íbamos 5-Contesta el conductor.
- Entonces ¿Me quieren decir ustedes que es lo que hacen aquí?- Señalaban a los dos que habían salido unos segundos antes de que llegarán.
- Nosotros señor policía estábamos en la huerta trabajando.
- ¿Qué estaban en la huerta trabajando de noche?
- Si señor.- respondieron los dos a la vez.
- Pero ¿Dónde viven ustedes?
- Allí, señalando en dirección de la casa más cercana, que dicho sea de paso estaba a freír monas.
- Nos están vacilando, ustedes iban en el coche y además creo que bebidos.
- Mire señor agente que no, que estábamos en la huerta trabajando, no conocemos a esta gente de nada.
- ¿Entonces me quieren ustedes contar que hacen trabajando de noche en la huerta y vestidos de traje?
- Pues que veníamos de una boda y hemos dicho vamos a echar un vistazo a la cosecha.
- ¡Si aquí no hay nada sembrado!
- No me fastidie, ya me he vuelto a equivocar de huerto.
- ¿Y que casualidad que vuelca un coche en su huerta, lleno de gente que también iba de boda? ¿No?
- A eso no lo sé, pregúnteselo a ellos, que nosotros no los conocemos de nada.
- ¿Pero se creen que somos tontos? Si además van bebidos.
- Eso si que no señor agente, no he probado una gotita de alcohol.-dijo el conductor.
- Me parece que esto se va a tener que solucionar en la comisaría, por que me está dando un dolor de cabeza.
- Pues que sepa que mi primo es Archaina, Fulanito de tal.
- A mi eso me trae al fresco, todos para la comisaría.
Y así es como los que estaban en la boda se enteraron del accidente, decidieron ir para la comisaría y discutir como buenos Vascos que son todos sobre el asunto, que casi hubiera sido mejor que no hubieran ido, por que se montón un follón, de no te menees, imaginaros todos los invitados de una boda a las dos de la madrugada en una comisaría, con madres, abuelas y la novia que no podía faltar al evento, ya que el novio era uno de los protagonistas, bebidos y porfiando, para evitar la multa, mejor que las pelis de líos de los 80.
Como no podía ser de otra manera llamaron al pobre primo Archaina, que debió de decir que hicieran con ellos lo que les diera la gana, el problema es que en la comisaría no tenían sitio para ciento y pico personas y terminaron por dejarlos marchar.
DISFRUTAR TODO LO QUE PODAÍS Y ESPEREMOS QUE EL PRÓXIMO AÑO VENGA MUCHO MEJOR, QUE YA ES TIEMPO DE QUE CAMBIEN LAS COSAS.
UN CARIÑITO PARA TODOS.