Tanto Marta como Beatriz, querían
ver Volterra de noche, en pos de encontrar algún vampiro y ver con sus propios ojos,
la tan famosa plaza de saga más pastelera del momento.
Si os soy sincera, os contaré que
la carretera por la que nos llevó el GPS, era bastante angosta, estrecha y en
subida, en la cual te podías despeñar al más mínimo despiste, por algunos de
sus barrancos y la espesa arboleda, que con el atardecer llegando a su fin y dejando
paso a una noche cerrada, remataba la faena acojonando bastante (¡Vale, soy muy
cobarde! Y la única que iba mordiéndose las uñas)
La cosa empezaba a prometer y no
para bien. Mi Lucero iba despacio, (más que habitualmente) o sea, podíamos
contar las ramas de los árboles y a los seres vivos que sobre ellos habitan (si
lee esto, me pide el divorcio, pero y lo seguros que vamos con el, eso no tiene
precio, ¿verdad Cosita?).
Nos acercábamos a Volterra. Desde
lejos la ciudad de piedra se erguía tenebrosa a la luz de los focos en la base
de la muralla de piedra etrusca. Perecía uno de esos lugares indiscutiblemente
propensos a esas historias de ancestros perturbados y asesinos malvados y
sanguinarios. Vamos que me iba sugestionando poco a poco y a mínimo que viera
algo raro, salgo corriendo y no me encuentran ni de coña.
Aparcados en la zona de
autocaravanas, en una arboleda a los pies de una de los arcos de entrada al
pequeño pueblo, donde los agüeros de los lados, nos indicaba que antaño esta
entrada tenía una gran puerta. Nos preparamos para visitar la pequeña población
de noche.
Más mosqueada que una Maruja en
horas bajas en un comercio sin rebajas, intentaba sin conseguirlo, averiguar
tan peculiar acontecimiento. Eso sí, no decía ni una palabra, no fuera a ser
que pensarán que estaba más loca que de costumbre y tomaran medidas al
respecto.
Entramos por el arco, un
agradable sonido anunciaba el agua de una fuente donde, al acercarnos, vimos un
pequeño estanque con peces que nadaban tranquilos, mientras los grillos tocaban
y las lucecillas brillaban por do quier.
- ¡Ostras, que de luciérnagas!-
Exclamó mi hijo, mientras andaba buscando entre las piedras,
-¡Luciérnagas! ¿Las luces que se
encienden y apagan?
- Si, mama.
- ¡Pues me estaban asustando, ya
empezaba a pensar que tenía visiones!
- ¿Y es que no las ves?
- Tú sigue, que te quedarás otra
semana sin cobrar.
Es lo que tiene vivir en la
ciudad, que hay animalillos que sabemos que existen, pero que nunca hemos
visto.
Entre el canto de los grillos y
el sonido del agua, en un concierto impecable, conseguían que la paz de una
noche estrellada que se extendía por el cielo como una alfombra de Swarovskis,
y las pequeñas luciérnagas que se mostraban entre las piedras de los arcos, fuera más perfecta que una peli de Walt Disney, sólo faltaba bamby, bebiendo de la
fuente.
Subimos las escaleras, a pesar de
las agujetas que ya habían echo estragos en nosotros, y llegamos a un pueblo de
piedra, de origen etrusco, con calles empedradas y edificios que daban fe de
sus orígenes, la noche era cerrada y la escasa iluminación hacía que fuese
fácil trasportarse, sólo algún rotulo aislado que otro, anunciando restaurante
o tienda de souveniers, podían sacarle a una, de la fantasía de recorrer unas
calles llenas de historias.
Las niñas, entraron en la Piazza
del Priori, pero se les hizo pequeña y no se ajustaba a lo que se ve en el
cine, faltaba la fuente del centro. A sí que volvimos a recorrer las calles,
para llegar a la conclusión, en el cine hay mucha mentira, tal y como nos había
recordado una y otra vez mi querido Lucero, cuando juraban y perjuraba que esta
era la plaza.
A la mañana siguiente volvimos al
pueblo, las luciérnagas descansaban y la fuente continuaba canturreando su
melodía, mientras los peces disfrutaban de un fresco baño, en un día que
apuntaba maneras para deshidratarnos sin contemplaciones.
Ruinas etruscas por doquier, que
dan testimonio de treinta siglos de historia. Edificios de la edad media, con
pequeñas calles empedradas, dentro de la muralla etrusca, que en sus mejores
tiempos midió más de 7 Km. Todo ello salpicado por las llamadas casas Torres,
que nos recuerdan tiempos del poderío de sus habitantes, y como no “El Castillo
Dei Priori”, en la plaza que lleva su nombre, el más antiguo de la toscaza y
del que se dice fue modelo para el Palazzo Vecchio, en Florencia. La plaza continúa
con el Palazzo Pretorio, con la torre Merlata del Modesta, justo enfrentito del
Castillo Vamos un deleite para la vista, una explosión de sensaciones, una galería
de arte, arquitectura e historia, difícil de olvidar. Un lugar mágico, lleno de
secretos a cada paso que se da.
Sobre la Acrópolis, evidentes son
los restos de dos edificios templarios y como no uno de los símbolos de
Volterra, Porta all’ Arco (siglo IV a.C). El complejo de Vallebona y el teatro
de la edad augustea con las termas del siglo IV d,C.
Pasada la plaza de la Catedral,
donde las cúpulas desafían al cielo llegamos a un museo con las máquinas de
tortura de la época, y las pequeñas y empedradas calles, adornadas con flores
para la ocasión. Chocaba frontalmente, con una concentración de Porsche en
medio de la plaza Priori, los había de todos los colores, y aunque los amantes
de este vehículo no cabrían en sí de gozo, a mi me pareció un sacrilegio, ya
que aunque no restaba belleza a la hermosa plaza, era como pegarle un possit a
un Renuart.
Por una de las entradas, la más
visitada por la dichosa película, llegamos a las ruinas de un teatro romano, es
curioso como siendo tan pequeña la población, tiene tanto arte, de tiempos tan
diferentes, como si hubieran querido dejar una muestra de todas las etapas por
las que estas tierras tan bellas de la toscaza han vivido y como no para rematar,
los acantilados que se muestran desafiantes, entre arboledas y prados de
colores vivos y es creo que la naturaleza reclama su espacio, no sólo el hombre
es capaz de crear tanta belleza.
Qué preciosidad, sin vampiros pijos de por medio.
ResponderEliminarGracias por compartirlo
La verdad es que me gusto muchísimo, quizás por que esperaba otra cosa y me sorprendió.
EliminarGracias a ti, preciosa.
Hace mil años que no veo luciérnagas.
ResponderEliminarLa verdad es que ha sido la primera vez y no se si volveré a verlas, pero me encanto.
EliminarUn besote.
¿Como te comes las uñas de los pies?
ResponderEliminarNormalmente poco echas Chaly
EliminarUn saludo y gracias por comentar.