Estrasburgo era el mejor punto de partida para disfrutar de la siguiente parte de nuestra ruta. Recorrer algunos pueblos de Alsacia (Francia), donde los viñedos son los reyes, mires hacia donde mires, las bodegas a cientos aparecen, en todos y cada uno de los pequeñas ciudades a visitar, haciendo las delicias de todos los que gustan del culto al vino, con más de 10 tipos diferentes, sólo en esta parte de Francia, algunos con nombres impronunciables dicho sea de paso, imagino que alguien tiene que ver, que al otro lado del río, se encuentre Alemania, en ningún otro sitio de Francia he visto un tipo de vino llamado Edelzwicker. Lo mejor es que están deliciosos, con más o menos cuerpo, más o menos acidez, más o menos dulzor, mejor lo dejo que estoy babeando y voy a fastidiar el ordenador.
No tuvimos que desplazarnos
mucho, apenas 30 kilómetros separan Estrasburgo de Obernai, una pequeña, pero
encantadora ciudad, la cual, a lo largo de su historia, ha visto más de una
guerra, entre ellas la de los 30 años, que mira que las hacían largas los
jodios. ¡Cabezotas hay en todos los lados!
¡Perdón, que me disperso guerreando!
Llegamos a esta pintoresca ciudad
y decidimos pasear en busca de pequeños tesoros, con los cuales llenar nuestros
álbumes de fotos, que dicho sea de paso están creciendo más que mi casa y esto
tiene mal apaño.
Me encanta callejear, es la mejor
manera de no perderse nada y encontrar curiosidades de las que no hablan en las
típicas guías. Encontramos tejados de colores, pozos llenos de flores y
preciosas casas que forman parte del encanto de esta acogedora ciudad. Parecía
tranquila y decidimos pasar aquí la noche y seguir por la mañana. No
contábamos, con que el área estuviera justito enfrente de una pista de
patinaje, de esas que tiene un montón de saltos imposibles, por eso de la
gravedad, donde los críos se dejan la crisma y las rodillas si viene el caso.
Pero al parecer no sólo comenzamos
una nueva ruta, sino que además comenzó mi pequeña serie de catastróficas
desdichas. Como diría mi íntimo y difunto Murphy (es como de la familia)
“Si algo puede salir mal, date
por jodido”
En fin, que todo iba casi bien,
demasiado bonito para ser cierto y claro en algún momento tenían que ocurrir,
lo malo es que siempre me toca a mí…
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