31 ago 2019

FEZ





Mi salida de la autocaravana fue triunfal, fue poner el pie en el suelo y notar que la sandalia se había roto, al descoserse la tira de la hebilla. Todos preparados y yo con la sandalia en la mano, sin saber qué hacer, tenía solución, lo que no tenía es el hilo y la aguja para coserla.

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Mi Lucero, todo detalles, decidió meterme un poquito más de presión, con ese comentario tan suyo de, “Siempre tenemos que ser los últimos”. Mientras te mira con impaciencia, para que haga más efecto y te sientes muy, pero que muy culpable. Es en esos precisos momentos, en los que se te olvida que estás muy enamorada y te dan unas ganitas de mandarlo allí, por donde amargan los pepinos, a ver si llega el primero y te deja de presionar. Pero te contienes y te plantas lo primero que pillas, aunque te expongas a un esguince de tobillo, con tal de no oírle resoplar una vez más.

Samir, nuestro guía en Fez, era todo un personaje digno de estudió. Conocía la ciudad perfectamente y nos llevó por los lugares más curiosos y típicos de la misma. Comenzamos por el Riad L’artiste, una joya de fachada sobria pero limpia, en color arcilla envejecida, en cuyo interior alberga un patio central donde los mosaicos, las paredes labradas y los techos de maderas tallada, daban cuenta de la importancia de esta casa en el pasado.

   

Visitamos una cooperativa de alfareros, donde se trabajaba la arcilla a mano, haciendo todo tipo de objetos y azulejos que, terminaban metiéndose en unos hornos que el progreso ha trasformado y en vez de usar madera y hueso de aceituna, son de gas natural, evitando la contaminación.



No quiero olvidar a los maestros que fundían metal para adornar algunas piezas, su habilidad y maestría nos cautivó y le acribillamos a fotografías, mientras el no paraba de trabajar animado por nuestra curiosidad.

Se acercaba el atardecer y subimos a una explanada desde donde disfrutamos de las mejores vistas de la ciudad de Fez. Me consta que Samir tenía un sin fin de conocimientos, lo malo es que, quería expresarlos todos a la vez. Íbamos por la historia como por un parque de atracciones, en un sube y baja que a veces nos dejaba algo desorientados con fechas he historias mezcladas en nuestras cabezas. A veces una desconecta y tan sólo deseas contemplar esa Medina laberíntica que se pierde entre callejuelas protegidas por las murallas que delimitan el casco antiguo.


Visitamos las puertas del palacio que el pueblo de Fez, ha regalado a su rey. Donde Samir nos dio una clase magistral sobre la escritura Árabe y sus niveles de dificultad. Le ponía mucha voluntad a nuestra enseñanza, pero debo admitir que mi capacidad para los idios es bastante nula.



Atravesamos el barrio judío con sus balcones de madera, antes de cruzar, no sin riesgo por el tráfico, el gentío y los puestos que ocupan por completo y sin aparente orden, la plaza de la puerta Azul.


Una vez atravesamos la puerta azul, nos esperaba un laberinto lleno de callejuelas angostas y oscuras que, carecen de cualquier tipo de identificación. Las más anchas, tienen a los lados un sinfín de tiendas, llenas de todo tipo de suvenires, aceites, esencias, ropa y demás objetos buscados por turistas.



La noche culminó en una terraza donde la brisa de la noche, dejaba atrás el sofocante calor. Una cena típica, pequeños platos de ensalada, donde nunca faltan las lentejas y aceitunas, acompañadas por un delicioso pan, de plato principal brochetas variadas de ternera o pollo y como no, cuscús.



La pequeña plaza sobre la que nos encontramos, comenzaba poco a poco a quedarse vacía, cambiando el bullicio del bazar por una tranquila y entrañable noche, que contrastaba con la plaza grande en la cual parecía que la gente se negaba a abandonar.

El paseo hasta la caravana en una noche tan agradable, nos dejó con ganas de más, y prepararnos algo de agua con misterio, mientras contábamos historias a la luz de las linternas, aprovechando que al día siguiente no teníamos que madrugar.

La noche se hizo corta, sobre todo a mí que hablo por los codos. A veces no estoy segura si este don de verbo, que he heredado de mi santa madre, será una bendición o todo lo contrario.

FOTOGRAFÍAS REALIZADAS POR PACO MORENO VAZQUEZ Y BORJA MORENO 

2 comentarios:

  1. Ese don tiene sus ventajas, no dejas que los demás digan tonterías, porque tu conversacion seguro que es muy agradable como lo es este resumen del viaje. Abrazos

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