Qué mi vida es un desastre,
no es un ningún misterio, pero a veces, me da mucho en que pensar…
Había escrito mi primera crónica del viaje a Galicia con muchísima ilusión. Acababa de terminar mi segunda novela y quería retomar el blog, para contar todas esas desventuras, que no me dejan de suceder, aún quedándome en casa. Lo que nunca imaginé, es que mi viaje a Galicia, iba a ser un viaje de ida y vuelta, sin apenas escalas.
Busqué una farmacia e hice acopio de test de Covid, como si se fuera a acabar el mundo. Ni las vacunas, ni las precauciones, apenas rozó el líquido del palito, la plantilla del test, dio positivo en toda regla. Yo tuve algo más de suerte, pero claro, estamos en una autocaravana, los virus hicieron su agosto y no necesitaron ir muy lejos para que yo terminara infectada.
Para los asintomáticos que
tuvieron la suerte de padecer la enfermedad sin síntomas, decirles que no arriesguen. Tuve
todos los síntomas y sus contrarios. Pase por todas las fases y terminé echa un cristo.
Así, pasamos siete largos días, hasta que los síntomas remitieron, al igual que nuestros días de descanso.
Siento que el viaje os haya
dejado tan insatisfechos como a mí. A sido un coito interruptus en toda regla, que
en algún momento habrá que retomar en mejores condiciones, al menos eso espero.
Porque ya se sabe, lo que no me pase a mí…
Ainssssssss
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