1 sept 2023

ELECCIONES GENERALES

 

La gente normal, el día que sale de vacaciones, simplemente coge la maleta y se va, pero yo, yo no debo de ser muy normal. 

Lo mío no tiene arreglo, debe ser porque soy Odry, desastrosa y sin remedio.

Cada vez que escucho en las noticias, que podría haber unas segundas elecciones, a mí se me pone el pelo como escarpias y ganitas me dan de salir corriendo.

No es que no me guste ejercer mi derecho al voto, es que la última vez que lo hice, se dieron una serie de catastróficas desdichas que convirtió mi inicio de vacaciones y me derecho al voto en una misión imposible de Tom Cruise, pero con mi Lucero, que tampoco está nada mal.

Os pondré en antecedentes:


Una semana antes de salir, ya teníamos nuestra casita móvil como los chorros del oro, que llevábamos mucho tiempo sin usarla y estaba llenita de polvo. Hasta una arañita había tejido su tela en medio del mini salón.

Eran las seis de la mañana (que diría Juan Luis guerra) Cuando abrí mis ojitos y me puse en marcha. Con todo preparado muy mal se nos tenía que dar para no llegar a Donostia a la hora de comer (ilusa).

Os prometo que solo había que meter cuatro trastos he ir a buscar la autocaravana, pero, cuando nos quisimos dar cuenta, eran cerca de las once.


Qué yo me preguntó a mí misma: «¿Odry, para qué demonios madrugas tanto? —Y me contesto. —Para desayunar». Porque es lo único que consigo hacer en condiciones.


Yo había solicitado el voto por correo, el mismo día en que el presi convoco las elecciones, pero la cosa iba con retraso y yo no iba a perder tres o cuatro días vacaciones por votar. Al fin y al cabo, lo llevo haciendo más de treinta años y ni soy más alta ni más rica ni vendo más libros.

A penas llevábamos cinco kilómetros y me llama mi hija

—¡Mama! ¿Dónde estás?

—Donde voy a estar, camino de Donosti a tomarme unos pinchos. ¿Qué te pasa, que te acabo de dejar?

—Qué está aquí el cartero con tú sobre para votar, que dice que si te das prisa te espera.

Miró a mi lucero y le digo: —Vámonos a casa que está el cartero esperando.


La autocaravana anda, pero no vuela, como mínimo diez minutos.

—Eso es mucho. —Nos contesta la voz de un hombre y mi lucero y      yo, nos quedamos a cuadros.


—¡Perdón! ¿Usted es?

—El cartero. Me ha pasado el teléfono su hija.

¡Hay Dios! Había oído lo mucho que había mejorado el servicio de correos, pero esto, era otro nivel.

—Mucho gusto en conocerle. —Le digo y paso a preguntarle. ¿Por donde reparte usted que le vamos a buscar? Para que no pierda más tiempo hombre.

—Voy a estar por el barrio una hora más o menos.

—Perfecto, Hay alguna forma de localizarlo

—No es lo normal, pero les daré mi teléfono.

Que pensé para mis adentros: «Pobre hombre, llama a mi puerta, pensando que somos gente normal. En cuanto llegue a la oficina pide el traslado.»

MI lucero da la vuelta, yo le llamo en cuanto llegamos al barrio, hombre que nos dice por dónde anda, mi GPS que nos putea, lucero que pone el suyo y diez minutos más tarde, veo cruzando la calle a un señor vestido de amarillo con un carro a juego.

Sin pensármelo dos veces, levanto las dos manos y me pongo a hacer aspavientos, rezando para que sea el cartero y no algún vecino-na daltónica.

—¡Señor! ¡Señor! —Grito como si me fuera la vida en ello y señor que se para en medio de la calzada mirándome como si estuviera majara. Imagino que no debía de haber muchas locas por el barrio llamándolo a gritos, ni siquiera, cuando entregan una multa o un requerimiento de hacienda. Qué hay lo llamaran, pero otras cosas…



Cartero que me entrega la carta, Lucero y yo que corremos a la oficina de correos que está en la otra punta de villa de Vallecas. Pasamos dos mítines, tres súper mercados y millón de tiendas y cuando llegamos está cerrada por que era sábado.

Que me preguntaba yo; «¿Quién será el lumbreras que refuerza la plantilla y cierra las oficinas?»

Con el voto y el disgusto, nos ponemos de nuevo en carretera, rumbo a nuestra amada Donostia, que ya votaremos allí el lunes siguiente.

Cuando miramos el reloj, ya pasaban de la una y no habíamos salido de Madrid.

¡Menos mal, que este año lo teníamos todo preparado, si no, me quedo sin vacaciones! Pero votar, voté en todos los sentidos…





Mi agradecimiento publicdomainvectors.org y Vector, por dejarme usar sus imagenes.





6 comentarios:

  1. No sólo puedes escribir un post, tus cuitas dan para una novela, que vista desde fuera podría ser de humor. Hay veces que necesitamos un extra de vacaciones. Abrazossss

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  2. Uno escribe en el blog lo que quiera
    Si quieres hasta puedes escribir de tus orgasnos.
    El blog es como un diario que nos ayuda a vivir
    besitos

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    Respuestas
    1. Estoy de acuerdo contigo y con ese fin nació. Vivía un mal momento y en mis post, lo desdibujaba todo a base de ironía que es la mejor medicina para el alma.

      Un besazo preciosa.

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  3. Fue algo complicado, pero, llegaste al otro lado : )

    Saludos ODRY. Que tengas grandioso martes 🌃

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