No
hay viaje que se precie, al que mi Lucero, no decida ponerle emoción. En este
caso, nuestra pesadilla comenzó, cuando decidió repostar gasoil. El muy petardo
había aprovechado la reserva al máximo, antes de parar. Su idea era llenar lo
máximo posible antes de entrar en Francia. Por eso de la diferencia de precios
en los carburantes, se supone que es mucho más barato aquí, aunque luego nunca
se sabe, depende más de si estas en peaje o carretera comarcal, en los peajes
nos crujen a todos y por todo, en las carreteras comarcales, puedes elegir y
son mucho más considerados, en fin que mi Lucero se las prometía muy feliz,
hasta que paro. Había que ver la cara que se le quedo a mi chico, cuando el
muchacho de la gasolinera le dijo, que no funcionaban los surtidores, por un
corte de luz.
Descompuesto,
como si hubiera visto a un fantasma entro en la auto, apuntito de darle algo,
sólo de pensar que no íbamos a poder llegar. Diciendo eso de ¡Esta era la
última vez (después de las 80 que llevamos) que me pasa esto!
Que pensaba
yo, para mis adentros, esto no se lo cree este ni “jartito vino”. Me puse manos
al Google map y busqué la gasolinera más próxima. Mientras mi Lucero, se
aferraba al volante en postura de corredor profesional de bicis, agazapado y
todo, como si el hecho de que se inclinara hacía el volante, pudiera dar
velocidad a nuestra casita móvil. Era del todo surrealista y bastante cómico, de
no ser porque la siguiente gasolinera se encontraba a 20 kilómetros y el
deposito no daba más de sí.
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¡Un follón es recorren 17 kilómetros andando
guapo! Uno entra y sale del peaje las veces que sean necesarias, sobre todo si
no quiere que su mujercita lo estrangule el primer día de vacaciones.
Pero el señor
que hace lo que le viene en gana, siguió aferrado a su volante, con cara de
velocidad inclinado cual Indurain en sus mejores tiempos, dejando el vehículo
caer en las bajadas y haciendo gestos estrambóticos en cada subida, como si el
movimiento del cuerpo de atrás hacia a delante, le diera impulso al vehículo.
Que lo único
que impulsaba, ya te digo yo, era mi mala leche, que me daban unas ganitas de
darle un collejón por cabezota, que no os imagináis.
Lleno y se
subió a la auto con un aire, de “Ves lo he conseguido” que casi me da un
parraque, pero en fin, respiré muy hondo y pensé, es mi chico y en el fondo, muy
en el fondo, le quiero, por no hablar que era el primer día de vacaciones, he íbamos
camino de la playa, que eso aunque no lo creáis con los calores que estamos
pasando este año en Madrid, es un punto muy a su favor.
Pues si llega a ser cuesta arriba y diésel...lo del sangrado es un c*****
ResponderEliminar(te lo dice una que lo ha sufrido veces varias).
jajajja holaaaaa mi odry guapaaaa niña eso le pasa a to el mundo jajajaa que arte tienes contando tus cosassss jajajaa menos mal dice que dios aprieta pero no ahoga asi que veis dio para llegar a la gasolinera y ha el haberle dao un achuchó niña jajaja besitossssssssss que te quierooooooooooooo
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