2 dic 2023

RODEZ

 

Llevo dos meses escribiendo sobre este viaje y en realidad tan solo duró quince días, pero eso, eso tiene un montón de blogs, que espero tener tiempo de contar, porque no tienen desperdicio.

wikipedia

Llegamos a Rodez de noche y Google map, que decidió boicotearnos durante este viaje, nos llevó a la cumbre de la montaña. Tanto subimos que pasamos el pueblo.

Lo peor no fue subir, sino tener que bajar viendo todos los tejados del pueblo anclado en la montaña, incluida la torre de la iglesia abacial de Santa Fe y eso que mide más de 26 metros de altura.

Deviantart

La noche se cernía sobre nosotros y apuntito estuve de decirle a mi lucero que pasáramos la noche en un recoveco junto a un tramo escarpado, hasta que nos dimos cuenta de que, a pocos metros, anidaba una pareja de buitres tordos no nos quitaba ojo. Dejamos de buscar un nueva área en google y nos pusimos en marcha, no fuera a ser que les entrara hambre.


Es lo que tiene visitar las cumbres, te encuentras con una fauna de lo más diversa. Lo que no encontramos, fue el área que andábamos buscando. Resultó que lo habían trasformado en parking de vehículos donde estaba prohibido el aparcar a las autocaravanas. Como si la auto, no tuviera motor y cuatro ruedas como todos los vehículos, pero el negocio es el negocio y nosotros teníamos que buscar otro lugar donde pasar la noche.

Bajamos la montaña y buscamos el camping situado en la orilla del río. Como no podía ser de otra manera estaba cerrado. Nos dirigimos a las afueras en busca de algún lugar tranquilo donde poder descansar, pero no encontramos ni un recoveco donde parar.

Siete u ocho kilómetros más tarde, encontramos el paraíso. Entre césped recién cortado y unos árboles que daban intimidad al lugar, se hallaba el área más cuqui que hemos encontrado en este viaje. Y lo mejor de todo, con plazas libres. Apuntito estuve de bajarme de la autocaravana y besar el césped.

A la mañana siguiente nos desplazamos en moto al pequeño pueblo, serían cerca de las ocho y media cuando llegamos y ya había grupos que volvían de su visita comiendo bocadillos gigantescos y cantando.


Que yo pensé para mis adentros: «¿A qué hora se ha levantado esta gente?». Con lo que me ha costado a mí, levantarme a las ocho menos cuarto.

Pensábamos que después de Rocamadour, no volveríamos a ver nada tan bonito, pero Rodez merece la pena ser visitado. Puede que no tenga la misma belleza, pero tiene algo muchísimo encanto, ya sea por su estilo, por su arquitectura o por el paisaje que le rodea, pero al terminar la visita ya nos había atrapado.



No voy a describir edificio por edificio, porque como guía de viaje no tengo precio y como fotógrafa tan poco, así que, mi consejo es que vengáis a verlo.




5 nov 2023

ROCAMADOUR


De cahors a Rocamadour apenas hay una hora de camino. Nosotros tardamos dos horas dieciocho minutos. Mi Lucero decidió ignorar las indicaciones del GPS que no dejaba de resetear para llevarnos por la autopista. Queríamos verlo todo, disfrutar de lo frondosos bosques, los verdes prados y los pequeños pueblos que encontrábamos a nuestro paso. 


Dicho así, suena idílico. Pero, cuando pasan kilómetros y kilómetros sin encontrarte un alma, quizás, nos deberíamos haber replanteado nuestro camino y hacer caso al pobre Google maps, que terminó rindiéndose y dejándolos ir por donde nos diera la gana. Todo ello, mientras nosotros no dejábamos de preguntarnos:


—¿Por qué nadie más querrá disfrutar de tanta belleza?
https://vectorportal.com/es/download-vector
/PUENTE-DE-TURCO/18664

La respuesta vino en forma de puente, ¡Y, qué puente! Porque al pasillo construido sobre aquel riachuelo, le faltaban unos cuantos metros para merecer semejante apodo.  He visto funambulistas andar por lugares menos peligros que este con red de seguridad.




Nosotros lo conseguimos, y no me preguntéis cómo, porque yo tenía los ojos cerrados esperando la catástrofe y encomendarme al santísimo. Aunque agnóstica, una nunca sabe lo que se va a encontrar al otro lado, mejor prevenir, no vaya a ser que la eternidad se me haga bola.

Mi lucero ajustó (y lo digo de forma literal) la autocaravana a la calzada y consiguió pasar sin que se derrumbara. Lo más sencillo, hubiera sido dar la vuelta, pero teníamos tan loco al google maps, que ya no sabía ni que indicarnos.

Un par de kilómetros más tarde, teníamos que pasar por debajo de otro puente de características similares.


Siempre había oído decir a mi chico que quería cambiar nuestra auto capuchina por un perfilada, lo que nunca imaginé, es que fuera a ser de una forma tan radical. La altura del puente era tan similar a la de nuestra auto, que apuntito estuvimos de dejarla descapotable. Lo peor es que tuve que abrir los ojos para indicar el punto más alto del diminuto arco por el que teníamos que pasar.


         

Superamos el obstáculo y apuntito del colapso, reprogramé el GPS. Cogimos el primer desvío que encontramos para salir de aquella trampa para turistas, aunque, en realidad, ya no nos sirvió de mucho, porque estábamos a unos kilometros de nuestro destino.



Vimos algunos coches aparcados a los lados de la carretera. Pensamos que el pueblo estaría muy concurrido y el aparcamiento sería complicado, así que aparcamos y bajamos nuestra moto para llegar.

  







Tres kilómetros y medio más tarde, vimos al otro lado de la garganta esculpida sobre la montaña, la imponente abadía. A sus pies, el pequeño pueblecillo que se extiende a lo largo de una sola calle que cruza el lugar de un lado a otro.


Recorrimos los recovecos y subimos hasta la cima a través de un pequeño camino que los muy cachondos han comparado con el martirio de cristo en su camino a la cruz. Y, no andaban desencaminados. En cada trayecto tienen una imagen que representa alguno de los momentos que vivió el pobre en su calvario. El símil no puede estar mejor buscado, porque la subida se las trae y es un auténtico calvario llegar a lo más alto. 


                                     

Antes de llegar a la cima, nos encontramos una enorme cueva, donde en el fondo se representaba la escena que este video detalla.










Lo peor de todo, es que una no se lo puede perder, aunque llegue con el hígado a la altura de la garganta. Las vistas desde allí, son otro regalo de la naturaleza.

  


Describir este tipo de lugares me resulta una temeridad, hay tanta belleza que cualquier imagen vale más que mil palabras, y eso, que mis imágenes dejan mucho que desear.

¡Ea! Ser malos y viajar.


27 oct 2023

CAHORS Y EL PUENTE DEL DEMONIO


http://creativecommons.org/publicdomain/zero/1.0/deed.en

Llegamos a Cahors al atardecer, Habíamos visto un área idílica cercana al centro, junto a la orilla del precioso río que bordea la ciudad.

El sol se ponía en el horizonte y la temperatura era muy agradable. ¿Qué podía salir mal…?

Pusimos en google maps las coordenadas y nos limitamos a seguir sus órdenes en pos de llegar al paraíso. Según nos alejábamos de la ciudad el verde de los campos se fue perdiendo y nosotros nos miramos extrañados.

—¿Estás segura de haber metido bien las coordenadas? —Me dijo mi Lucero al ver que Google anunciaba que habíamos llegado a nuestro destino.


Ambos mirábamos atónitos a nuestro alrededor.  El GPS nos había llevado hasta el parking de una antigua fábrica medio abandonada, de las que salen en las pelis de terror. Mi Lucero aparcó bajo la única farola que existente en aquel desolador lugar. La vista al otro lado de la calle no era mejor, un desguace de vehículos oxidados y pequeños montículos de escombros que se extendía por la deteriorado camino que se estrechaba cada vez más. 

https://vectorportal.com/download-
vector/paper-map/34782

Buscamos las fotografías del área y volvimos a mirar por si hubiera alguna coincidencia.  No la encontramos y nos aseguramos de que las coordenadas fueran las correctas, al ver que así era. Decidimos cambiarlo por el nombre de la calle, por si hubiera algún error. Google se puso a pensar y nos indicó el camino opuesto. 

Ganitas nos dieron de tirarlo por la ventana, pero como está dentro del móvil nos contuvimos. Recorrimos tres o cuatro kilómetros y por fin, nos llevó hasta el área de nuestros sueños. Está si que se parecía a la fotografía, rodeada de una frondosa arboleda a unos metros de la orilla del río, sobre una alfombra verde de césped.

Si el post fuera de cualquier otro, acamparían y disfrutarían felices para siempre, pero yo soy Odry, "desastrosa y sin remedio". Apenas dimos una vuelta, volvimos a la realidad, no había ni una sola plaza y había que seguir buscando.


https://creativecommons.org/licenses/by/3.0

Con la noche cerrada, llegamos a un parking repleto de casitas-móviles como la nuestra. No tenía buenas vistas, ni río, ni césped, ni servicios, pero parecía más o menos seguro para pasar la noche y decidimos quedarnos no fuéramos a peor. 

A la mañana siguiente bajamos la moto de la auto y nos dispusimos a llegar al centro de la ciudad. Lo que no nos imaginábamos después de haber dado tantas vueltas la noche anterior, es que estábamos a un paseo del centro. 

Aparcamos la moto y nos dispusimos a recorrer las calles medievales, visitamos el mercado y por supuesto el puente de Valetré, Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

https://creativecommons.org/licenses/by-sa/2.0/
Creador: Angel de los

Este puente tiene una leyenda que dice, que se tardó tanto en construir que el arquitecto vendió su alma al diablo para que le ayudara a terminarlo. Justo antes de acabar y para no tener que cumplir el contrato, el arquitecto mandó al diablo a por agua al otro lado de la ciudad con un cedazo (tamiz) para dar de beber a sus obreros. Obviamente no lo consiguió y el arquitecto se libró de cumplir su palabra. El diablo se enfadó y volvió noche tras noche para arrancar una piedra y que el puente nunca estuviera terminado. En 1879 al restaurar el puente, el arquitecto Paul Gout mandó colocar en el hueco vacío una piedra esculpida con la imagen del demonio y no volvió a desaparecer, porque las garras del demonio habían quedado atrapadas en el cemento.

Imagino que será el mismo diablillo que nos mando al fin del mundo a pernoctar, pero como la ciudad es muy bonita se lo perdonaremos. Si alguna vez visitáis la ciudad, cuidaros mucho de que os la quiera jugar a vosotros también.

¡Ala! A ser malos que es mucho más divertido.

16 oct 2023

SAINT-CIRQ-LAPOPIE.

 

Cada vez que dejamos un lugar y volvemos a la carretera tengo sentimientos encontrados. Por un lado, está la nostalgia de dejar atrás lugares y momentos inolvidables; por otro, la ilusión de seguir descubriendo paisajes, ciudades y pueblos recolectando nuevos recuerdos.

 

Dejando los sentimentalismos a un lado, que no es que no sea sentimental, es que cada vez que me pongo, me pasa algo, en este caso fue una carretera traidora.

Yo iba dispuesta a hacer un post diferente, lleno de florituras y momentos melancólicos, dejándome llevar por los paisajes bucólicos que nos íbamos encontrando, cuando a la vuelta de una curva, apareció un vehículo que venía de frente justito hacía nosotros.


Sí, se lo que estaréis pensando: «Es lo normal en una carretera». Y no os faltaría razón, si la carretera fuese normal, pero por el proyecto de carreterilla por el que libamos circulando, no lo era y resultaba contraproducente para la supervivencia.


Y es que, en un momento dado, la calzada se estrechó tanto que apenas pasaba la auto y ver aparecer aquel coche nos hizo temernos lo peor. 

No vi mi vida pasar por delante de mis ojos, pero lo que si vi y muy de cerca, tanto que arañó el cristal de la ventanilla, fue la rama del árbol donde una ardilla miraba ojiplática como una humana con el pelo encrespado cual león de la sabana, se echaba las manos a la cabeza, como si con ello fuera capaz de poder evitar el golpe.

                                 

Gracias a que mi Lucero tiene la sangre fría de un cirujano, porque si la que conduzco soy yo..., no quiero ni pensarlo. Y no, no le estoy dando emoción, que podría. De echo estuve a punto de grabar el inmortal momento, pero soy cobarde (mucho), y ante lo que estaba a punto de suceder, preferí soltar el móvil y sujetarme las ideas no fueran a salir todas tan espantadas como la pobre ardilla.


Conseguimos llegar, no me preguntéis como, entre taparme los ojos, esconder la cabeza entre las piernas y comerme las uñas, no tengo recuerdos claros de tan grato viaje (pura ironía para el que no me conozca)


 

Debo reconocer que la visita mereció la pena y que el hecho de salir inmunes nos hizo ver el precioso pueblo con otros ojos. Esta pequeña comuna francesa nos sumergió directamente en la época medieval. Pasear por sus encantadoras calles, donde muchas de las casas datan de los siglos XII al XV, fue una auténtica fantasía.


Compré unas deliciosas nueces locales y algunas figuras hechas a mano para mi pequeña colección de sueños. Apenas media hora más tarde, el fatídico trayecto se había convertido en una divertida anécdota. Una batallita para contar a nuestros amigos, conocidos y como no, a mis sufridos lectores que siguen viajando conmigo a pesar de mis desastres.

  


12 oct 2023

Najac

Nos dirigimos a Najac, aprovechando que las nubes comenzaban a disiparse. Eso no significa, que nuestras fotos vayan a ser mejores, aunque si menos borrosas.


Según mi lucero, la culpa es del palo para hacer los serfiels. Yo en cambio pienso que es un problema de pulso, o de la falta de él. Que estamos los dos como para robar panderetas.


Najac está en lo alto de la colina, como casi todos los pueblos de zona. Imagino que, aunque estos franceses piensan en todo, no pensaron en las vistas que les iban a quedar, sino en cómo protegerse de posibles ataques. Fuera por la razón que fuese, les han quedado unos pueblos de lo más cuquis. No solo por el tipo de construcción que a perdurado durante siglos, sino por el entorno en el que se encuentran.

El parking para autocaravanas estaba situado al pie del río. En un lugar ideal para hacer multitud de deportes. La única pega que le vimos era la distancia que había hasta el pueblo. Puede que no fueran muchos kilometros, pero si en cuesta, hasta la cima de la montaña y lo que hizo que nos declinaramos por acercarnos al pueblo con la autocaravana, a ver si encontrábamos algún lugar donde dejarla.


Como no había muchos turistas por la zona, encontramos el lugar ideal entre un prado verde donde pastaban las vacas y el cementerio, y desde allí emprendimos la caminata. Había dos carreteras, una en cuesta y la otra llana. Optamos por la aparentemente llana. Y además de andar el doble, resultó que había que subir por unas escaleras de escalones para baloncentistas. Tras nuestro recorrido por el pueblo, bajamos por la carretera que estaban a menos de quinientos metros de nuestra autocarava. La aventura es así, no importa lo que se tarde en llegar, lo importante es disfrutar del viaje.


Y disfrutar, ya os digo que disfrutamos. Visitamos el castillo, la iglesia y los fotografiamos todo, todo menos las vacas no fuera a ser que se molestaran.



JUICIO LEVE DE FALTAS

  VECTOR PORTAL Como ya os conté, Manuela tuvo un brote y, en plan chungo, me dejo claro que no era su vecina favorita y que, en cuanto me d...